La responsabilidad de organizar el tercer Mundial en la historia del país, confirmado la víspera por el organismo rector de ese deporte, despertó una rápida acogida de las autoridades locales, que ratificaron su total compromiso para el buen resultado del clásico.
La subsecretaria de Deportes, Catalina Depassier, fue la encargada de confirmar su apoyo a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) para su organización.
Los tres millones de dólares comprometidos estarán destinados a mejorar la infraestructura de los cinco estadios que albergarán la competencia, indicó la funcionaria.
«Esta es la tercera vez que Chile tiene que organizar un Mundial (tras el adulto de 1962 y el juvenil de 1987) así que por el país estoy contenta», destacó.
Dijo que es una buena manera «de instalarnos deportivamente a nivel internacional», y aprovechó la oportunidad para pedir al seleccionado nacional femenino «que responda en la cancha» el esfuerzo que ambos organismos (ANFP y FIFA) realizan en la parte directiva.
«Esto es fruto de un trabajo en conjunto, así que sólo nos queda llamar a las mujeres futbolistas de este país, porque vamos a arreglar estadios y vamos a mejorar, pero también tenemos que lucirnos en la cancha», sostuvo.
Respecto de los recintos que se verán beneficiados con el aporte gubernamental para responder al cuaderno de cargos de la FIFA, Depassier señaló que todos los estadios que aparecen como sede recibirán dinero para mejorar sus instalaciones.
Entre estos están la Segunda Región de Antofagasta, el de Coquimbo (Francisco Sánchez Reinoso), el de Playa Ancha, el de la Octava Región y el Nacional, en esta capital.
Chile presentó su candidatura en agosto pasado con el objetivo de adjudicarse la sede para el Mundial femenino sub 17, pero este certamen fue concedido a Nueva Zelanda, y finalmente la federación nacional se adjudicó el derecho a ser dueño de casa en el evento sub 20.
Santiago de Chile, 16 de septiembre 2006
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