«La evolución del paciente sigue siendo favorable, sus principales parámetros se mantienen normales», dijo el doctor Juan Ignacio Vergara, jefe del equipo médico que lo atiende.
Agregó que, en las últimas horas del martes, Pinochet -quien cumplió 91 años el pasado 25 de noviembre- se levantó, estuvo tres veces sentado en un sillón y hoy están previstos nuevos ejercicios de quinesioterapia.
Indicó además que se alimenta por vía oral, con un régimen liviano que excluye las grasas, pero agregó que -a pesar de esa positiva evolución- permanecerá en la unidad de cuidados intensivos del hospital castrense.
Se mantiene el período estimado de diez días de hospitalización, dijo Vergara, quien añadió que, por el momento, el régimen de visitas está limitado a sus familiares más cercanos.
La sorprendente recuperación de Pinochet hizo surgir dudas sobre su enfermedad, que para algunos fue un «montaje mediático» para evitar presentarse ante los tribunales por delitos de lesa humanidad y corrupción.
Ernesto Carmona y Patricia Verdugo, dos investigadores de los crímenes de la dictadura de 1973-90, que comenzó con el sangriento derrocamiento del Presidente Salvador Allende, desean que Pinochet se recupere pronto para que enfrente a la justicia.
Carmona planteó a la prensa que sería una «pena» (vergüenza) que Pinochet muera sin ser juzgado y también sería un ejemplo de impunidad.
» Lo más probable -dijo- es que nunca sea condenado en definitiva. De muchas causas ya ha sido exonerado o sobreseído por razones de salud, por diversos motivos».
Por su parte, Verdugo, Premio Nacional de Periodismo (1997), dijo que Pinochet no debe morir, ya que su deuda con Chile aún no está saldada.
Explicó en un diario local que los familiares de las víctimas de la dictadura, como ella misma, esperan paradójicamente que Pinochet no muera: «por lo menos no antes de que sea condenado por los tribunales de justicia».
«Yo necesito que Pinochet esté vivo para que sea condenado, para poder sentir que vivo en un país decente, en un país con niveles éticos mínimos. Necesito que sea condenado por sus crímenes».
Santiago de Chile, 7 de diciembre 2006
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