A través del proyecto de acuerdo, los parlamentarios plantean la necesidad de reclamar los derechos de cada trabajador que se desempeñe en labores agrícolas, haciendo efectiva la ley sobre subcontratación.
El Diputado Marco Enríquez-Ominami destacó la importancia de exigir respeto por los trabajadores del campo, sus derechos humanos y laborales que se encuentran consagrados en la legislación, así como los contenidos en convenios internacionales suscritos por Chile; el pleno acceso a la salud y previsión social para los trabajadores temporeros agrícolas; y el término del sistema de contratistas que fomentan la precariedad laboral y que, además, favorecen perpetuar las desigualdades y las inequidades económicas y sociales.
Para nadie es un misterio que muchos de estos trabajadores se desempeñas en deplorables condiciones laborales, sufriendo un trato indigno por parte de sus patrones lamentable condiciones de higiene, sin agua potable o sin baños en los predios donde cosechan. De los casi 400 mil temporeros y temporeras existentes a nivel nacional, la mitad son mujeres. Presentes en casi todas las regiones, tienen jornadas de trabajo que se cuentan entre las más duras y extensas de nuestro país -muchas veces superando las 15 horas.
Según estadísticas de la Red Chilena Contra la Violencia Doméstica y Sexual, el informe sobre «La realidad de los trabajadores de la fruta», elaborado por la «Acción Internacional de la Iglesia Sueca», el 50% de los temporeros (hombres y mujeres) no cuentan con un contrato de trabajo.
El proyecto de acuerdo fue firmado por los Diputados Marco Enríquez-Ominami, Alejandro Sule, Marcos Espinoza, Eduardo Díaz, Tucapel Jiménez, Clemira Pacheco y Alejandra Sepúlveda.
Valparaíso, 11 de abril 2007
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