Con esta ley -originada en la moción de los senadores Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Jaime Naranjo-, la República de Chile reconoce al pastor Frenz la pertenencia a nuestra comunidad que desde hace mucho tiempo ha merecido por su valor, dedicación y entrega en la defensa de los Derechos Humanos en las horas más dolorosas y oscuras de nuestra historia», afirmó la Mandataria durante la actividad efectuada en el Salón OHiggins del Palacio de La Moneda.
Acompañada por los ministros del Interior, Belisario Velasco; de la Secretaría General de Gobierno, Ricardo Lagos Weber, y de la Secretaría General de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, además de los presidentes del Senado, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, y de la Cámara de Diputados, Patricio Walker, entre otras autoridades e invitados especiales, la Jefa de Estado destacó la labor de Frenz y «su permanente identificación con los más vulnerables entre nosotros, a quienes ha dedicado y sigue dedicando sus máximos esfuerzos».
En este sentido, recordó que «el vínculo de Helmut Frenz con Chile tiene ya más de cuatro décadas, a través de las cuales se ha ido haciendo cada vez más estrecho e indisoluble, como son los vínculos entre quienes han compartido codo a codo las más duras pruebas».
Tras un breve repaso de la labor pastoral de Frenz, la Mandataria señaló que «estoy segura de que el haber vivido de niño en un país sometido al terror estatal nazi y haber experimentado en carne propia los horrores de la guerra, unido a una profunda reflexión -que acompañara su formación teológica- acerca de cómo una sociedad civilizada puede caer en abismos de inhumanidad, motivaron su rápida capacidad de reacción, en un país donde demasiados estaban atónitos o paralizados, por el miedo o por el odio».
Recordó, asimismo, cómo tras su expulsión del país, el pastor luterano siguió colaborando con los refugiados chilenos, esta vez desde su natal Alemania, en el cargo de secretario ejecutivo de Amnistía Internacional. «Largo sería asimismo, rememorar todas las incomprensiones, las calumnias y la persecución de que fuera objeto por quienes entonces detentaban el poder, lo que culminaría con su expulsión de Chile en octubre de 1975», expresó.
Finalmente, afirmó que «ningún poder pudo apartar a Chile del corazón de Helmut Frenz, ni a él del corazón de millones de chilenos y chilenas que lo reconocemos como uno de los héroes de la paz».
Santiago de Chile, 30 de julio 2007
Crónica Digital , 0, 29, 3
