Nuestra Universidad ha venido sosteniendo la necesidad de recuperar el carácter triestamental en la toma de decisiones al interior de los planteles estatales de educación superior, como el mecanismo que garantiza la participación real de los miembros de su comunidad, el mismo que ha conducido nuestro quehacer.
En ese marco, Academia Libre ha solicitado formalmente al Mineduc estipular en la ley que regirá las dos nuevas universidades estatales que se planea crear, la participación de académicos, estudiantes y funcionarios no académicos, en la definición de sus autoridades, cuerpos normativos y planes estratégicos.
A tal petición, el asesor ministerial Miguel Crispi ha respondido, en nombre del ministro, señalando que las “modificaciones más sustantivas” tendrán lugar durante el segundo semestre, momento en el cual, agrega, “ciertamente tendremos una opinión respecto a la gobernanza interna de las casas de estudio”.
Santiago de Chile, 27 de junio 2014
Crónica Digital
Vie Jun 27 , 2014
En El Origen de la Vida, el biólogo y bioquímico ruso Aleksandr Oparin (1894-1980) repasa las visiones históricas tanto de la corriente idealista como de la materialista que habían orientado el pensamiento en torno al tema, y señala que sólo el materialismo dialéctico es capaz de un abordaje metódico, pues sería “la única filosofía acertada y verdaderamente científica”. Según el enfoque al que adscribe, “la materia siempre está en movimiento, nunca se halla en reposo, sino que se desarrolla, y en su difusión se eleva a planos cada vez más altos, adquiriendo unas formas de movimiento cada vez más complejas y más perfectas (…), la materia adquiere nuevas cualidades de las que carecía antes, cosa que significa que la vida es una cualidad nueva, que nace como una etapa concreta, como un escalón concreto que formará parte del desarrollo histórico de la materia”, por lo que el único camino acertado para comprender qué origina la vida “es el estudio del desarrollo histórico de la materia, o sea, el estudio de ese mismo desarrollo que en otra época llevó al surgimiento de una cualidad nueva: la vida”. El científico soviético postula un hito en el que, sin la intervención de organismos vivos, las moléculas de carbono inorgánicas fueron transformadas en moléculas de carbono orgánicas. Para arribar a esta tesis, se valió de sus conocimientos de astronomía y del estudio de la materia que compone los meteoritos, en los que distintas combinaciones y estados de ese elemento probaban que esta “síntesis abiogénica”, primera etapa en su teoría, es posible. Con ello, empujaba a la ciencia a dejar atrás el círculo vicioso de la teorización con base en el mundo material conocido, la Tierra, el querer explicar la vida a partir de la propia vida. Las etapas siguientes que establece son la “polimerización” y la “coacervación”, primer nivel de intercambio molecular con el ambiente, es decir, una fase prebiológica, que desemboca en las primeras células vivas. “Está demostrado que todas las sustancias que forman parte de los animales y de los vegetales también pueden obtenerse en organismos inertes”. Desdeñaba, así, las religiones y filosofías espiritualistas que atribuyen la creación de los seres vivos a fuerzas divinas, amparadas “en la ignorancia y en una suposición simplista de la observación superficial del mundo natural que tenemos a nuestro alrededor”. Por Academia Libre Santiago de Chile, 27 de junio 2014 Crónica Digital