El presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (Naacp), Cornell William Brooks, llamó a todos los manifestantes contra la violencia en Estados Unidos, a ejercer su derecho al voto en noviembre.
«Para lograr el cambio que necesitamos, tenemos que asegurarnos de que cada manifestante sea un votante y que mostremos en masa que somos millones en las urnas en noviembre», afirmó Brooks en el programa televisivo Face the Nation, que transmite la cadena CBS.
El líder de la Naacp insistió que se necesita llevar a cabo una reforma desde los barrios hasta las instituciones federales y que se hace necesario exigir a los candidatos presidenciales «a tomar en serio el perfil racial y abordarlo en sus plataformas de campaña partidistas».
Brooks agregó que hay miles de personas que piensan que, protestando en las calles pueden poner fin a los abusos de la policía, pero que hay que ir a las urnas, que es la verdadera afirmación «de lo que somos como país».
El líder comunitario insistió que votar, «es una afirmación de nuestra capacidad como país para llevar a cabo las reformas».
Estados Unidos se estremeció la última semana con una ola de violencia racialque está presente en varios estados del país, después que se reportó la muerte de dos jóvenes negros en Lousiana y Minnesota, a manos de la policía, y un francotirador afroamericano asesinó a cinco agentes del orden en Dallas.
Washington, 11 de julio 2016
Crónica Digital / PL
Lun Jul 11 , 2016
La violencia y el uso de armas de fuego en Estados Unidos roza ya límites trágicos, y se complica hoy con la masacre de Dallas, donde perdieron la vida cinco agentes policiales, a manos de francotiradores. El hecho ocurrió en la noche del jueves (20:58 hora local), durante una manifestación de protesta por la muerte de dos hombres negros baleados por policías blancos esta semana en Baton Rouge, Louisiana, y un suburbio de St. Paul, Minnesota. La matanza de policías en Dallas adquiere connotación racial, pues se especula que los atacantes pudieran tener vínculos con algún grupo terrorista o con el movimiento «Black Lives Matter» (La vida de los negros importa), tesis hasta ahora descartada por el jefe policial David Brown. A consecuencia de la acción de al menos dos francotiradores, se desató una fuerte movilización de las fuerzas de seguridad en las áreas de la masacre, que incluyó la búsqueda de explosivos en varios puntos de la ciudad, y se reportó la muerte de uno de los presuntos atacantes mientras se mantenía atrincherado en un estacionamiento, y donde confirmó que «solo quería asesinar a policías blancos». El incidente ocurrió durante una masiva concentración para protestar por la muerte del afroamericano Alton Sterling el martes pasado, quien perdió la vida después que dos policías blancos le dispararon a quemarropa cuando lo tenían sometido en el suelo en Baton Rouge, estado de Luisiana. También los manifestantes clamaban justicia por la muerte del joven negro Philando Castile, acaecida un día después en Falcon Heights, estado de Minesota, quien fue impactado por cuatro disparos efectuados por un policía blanco que le detuvo en su vehículo por una infracción de tránsito. Después de los disturbios ocurridos en Oakland, en septiembre de 2010, la tensión racial se intensificó de manera tal, que ya los afroamericanos alegan no sentirse seguros ante los gatillos de los agentes de policía. Ese sentimiento de impotencia e indefensión en la comunidad negra estadounidense sigue cobrando vidas del lado de los ejecutores, y los cinco policías muertos en Dallas, se unen a dos vigilantes asesinados a tiros en Nueva York, en diciembre de 2014, y otros dos que perdieron la vida frente a una comisaría de policía en Ferguson, Missouri, en marzo 2015. En las tres oportunidades, la muerte violenta de los agentes del orden ha sido como respuesta al asesinato de jóvenes afroamericanos en diferentes lugares de Estados Unidos, un país donde se va imponiendo de nuevo la antigua Ley del Talión entre represores y reprimidos. Del lado más débil -las víctimas afroamericanas- las alarmas se dispararon en julio de 2013, después del asesinato del joven negro Trayvon Martin, en Sandford, Florida, que provocó serios disturbios sociales. En 2014 se recrudecieron los incidentes raciales, iniciando el 17 de julio con la muerte de los afroamericanos Eric Garner, asfixiado en Nueva York, a manos de un policía; John Crawford, que cayó baleado en Beavecreek, Ohio, el 5 agosto, y Michael Brown, que pereció en Ferguson, Missouri, lo que provocó protestas, graves […]