Grandes manifestaciones en las principales ciudades de Chile se prevén para este fin de semana, cuando se conmemora un año del llamado “estallido social” que generó protestas ciudadanas y populares sin precedentes en el país.
Organizaciones sindicales, estudiantiles, comunales, prensa alternativa y redes sociales han llamado con ese objetivo a iniciar las movilizaciones este viernes, día de la semana en que se desarrollan las convocatorias más numerosas.
Asimismo, han anunciado no solo manifestaciones, cuya masividad puede mermar por la presencia de la pandemia de COVID–19, sino también actos, foros, homenajes a víctimas de la represión policial y cacerolazos, entre otras acciones.
Aunque se prevén en esta capital protestas en diversos puntos, el epicentro será la Plaza Baquedano, rebautizada por la ciudadanía como la Plaza de la Dignidad, donde ya desde los primeros días de octubre se incrementaron ostensiblemente las movilizaciones.
También se esperan importantes demostraciones en Concepción, Valparaíso, Temuco, Punta Arenas, Arica, Antofagasta y otras ciudades, de norte a sur del país.
Analistas, dirigentes políticos de oposición y de organizaciones sociales, advierten que las movilizaciones, que pudieran tener su mayor expresión el domingo 18, cuando se cumple el aniversario del estallido social, no serán solo para recordar la fecha, sino para reiterar los cambios exigidos entonces.
Aseguran que mantienen total vigencia exigencias como educación y salud de calidad y para todos, pensiones justas, salarios dignos, igualdad de género y de oportunidades, el reconocimiento a las comunidades indígenas, el fin de los abusos y la desigualdad, entre otras.
Estas carencias se han visto agudizadas con la pandemia de COVID–19, por cuyos efectos mucho más de un millón de trabajadores perdieron sus empleos o han visto reducidos drásticamente sus ingresos, sin que las ayudas del gobierno hayan llegado a tiempo o de forma suficiente para paliar la pobreza acentuada entre los más vulnerables y en la clase media.
Frente a tal situación, las fuerzas policiales ya anunciaron el despliegue de unos 40 mil efectivos, que en los últimos meses han sido dotados de nuevos y más potentes medios “disuasivos” y la aplicación de un plan para contener las manifestaciones.
Ello, en un momento en que el cuerpo de Carabineros enfrenta crecientes recriminaciones por la violencia desplegada contra los manifestantes, lo que se evidenció el 2 de octubre, cuando un joven de 16 años resultó gravemente herido al caer al río Mapocho, tras ser empujado por un uniformado desde el Puente Pío Nono.
Tal actuación ha sido condenada trasversalmente en la sociedad chilena y por entidades locales e internacionales de derechos humanos, que han exigido al gobierno investigar esos y otros hechos y tomar medidas con los responsables a todos los niveles.
Santiago, 15 de octubre 2020.
Crónica Digital / Prensa Latina.