Otros receptores son los encargados de que podamos experimentar los gustos dulces, amargo y umami, similar al sabor de la carne, explicaron investigadores de la Universidad de California, dirigido por Charles Zuker.
Pero la proteína llamada por los expertos PKD2L1, es la única que permite apreciar el sabor ácido, según los resultados de un experimento desarrollado con ratones.
Mediante el uso de una tecnología genética, el equipo apagó la proteína PKD2L1 en los roedores que quedaron insensibles a los gustos agrios.
Concluyeron además, que la proteína vigila los niveles de acidez existentes en el organismo.
Londres, 26 agosto 2006
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