El terremoto de 6,0 grados en la escala de Richter que afectó hace unas semanas al estado de California, en Estados Unidos, ocurrió casi al unísono de otros temblores registrados en el continente americano.
La tierra retumbó además en Chile y Perú con poco tiempo de diferencia, sin embargo, para muchos expertos, esos tres sismos fueron independientes y su casi coincidencia en el tiempo es sólo una casualidad.
Un estudioso como el sismólogo alemán Rainer Kind, del Centro de Investigación Geológica de Potsdam, explicó que en el llamado «Anillo de fuego» del Pacífico pueden producirse en cualquier momento catástrofes naturales, y descartó que esos tres sismos sean el anuncio de un posible «megaterremoto», como el que dejó miles de muertos en California en 1906.
El lecho del océano Pacífico reposa sobre varias placas tectónicas y el hecho de que la actividad sísmica sea intensa en el Anillo de Fuego se debe a la convergencia de éstas y su fricción, que origina una acumulación de tensión que luego se libera, explicó por su lado el director de sismología del Instituto Geofísico del Perú, Herando Taveras.
Según Taveras, en el caso del sismo de Perú la placa de Nazca se subdujo o hundió bajo la placa Sudamericana. Mientras el sismo de California estuvo asociado a la fricción de las placas de Norteamérica y la del Pacífico.
Ambos fenómenos sísmicos se deben al desplazamiento de las placas tectónicas, y es lo único que tienen en común, remarcó el sismólogo peruano.
En esos propios términos coincide Raúl Valenzuela, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Autónoma de México, quien descartó cualquier nexo entre los temblores recientes y el hecho de que el volcán ecuatoriano Tungurahua tenga continuas explosiones.
El temblor del 24 de agosto en California fue el mayor ocurrido allí desde 1989, según el Servicio Geológico estadounidense, y a la par de ese fenómeno un sismo de 6,6 grados sacudió el centro y sur de Perú, país situado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, considerada la región de mayor actividad sísmica del mundo.
Otros temblores fueron registrados igualmente en las últimas semanas, entre ellos uno de 5,8 grados Richter el 4 de agosto en Piura (norte, cerca de la frontera de Ecuador). El 12 y el 17 de agosto dos sismos de magnitud 5,1 y 4,7 ocurrieron en Ecuador.
En Chile, un temblor de 6,4 grados en la escala de Richter sacudió el sábado 23 de agosto el centro de esa nación causando numerosos cortes eléctricos y alterando las comunicaciones, aunque sin registrar daños materiales o heridos, tampoco alertas de tsunami. El seísmo afectó siete regiones del centro-sur de la nación transandina.
En Venezuela la Fundación de Investigaciones Sismológicas informó el 24 de agosto de dos eventos telúricos de magnitudes 2,8 y 2,5 en la escala abierta de Richter, en la zona marítima del país. Otro sismo, de 3,4 grados, fue reportado el 22 de agosto en el costero estado de Falcón, sin víctimas ni daños materiales.
El Instituto de Estudios Territoriales de Nicaragua reportó ese propio día un enjambre sísmico en la zona del Estero Real, en el noroccidental departamento de Chinandega. Al menos nueve movimientos telúricos fueron registrados, con magnitudes entre 1,8 y 3,7 grados Richter.
Desde La Habana, el doctor Manuel Iturralde Vinent, presidente de la Sociedad Cubana de Geología, afirmó a Prensa Latina que la ciencia aún no puede pronosticar la ocurrencia de los terremotos ni tampoco su fuerza.
En el mundo -explicó el geólogo- existe un sistema de placas tectónicas, que son grandes cuerpos geológicos de hasta 100 kilómetros de espesor, las cuales se mueven lateralmente una por encima de otra o por al lado de otra, que es la llamada tectónica de placas.
Así -continuó- la Tierra está estructurada por esas placas que se mueven, y cuando se acumula una cierta cantidad de energía entonces ésta se libera de pronto, originándose una reacción en cadena a lo largo de los límites de las placas, que son los sismos.
De acuerdo con el especialista cubano, cuando ocurre un terremoto en un lugar por lo general se repiten sismos en diferentes posiciones de los límites de placa correspondiente, pero no es obligatorio que esas réplicas sigan un determinado orden.
Iturralde enfatizó que existen diferentes aspectos científicos para identificar un terremoto, y existen métodos de medición de la velocidad a lo largo de la placa, que pueden indicar donde se acumula energía, pero el momento de su liberación todavía se desconoce.
«Hace poco hubo un sismo en Perú, y erupcionó un volcán, igual que en Guatemala, pero esos eventos no se pueden vincular», expresó.
El experto explicó que en el caso del archipiélago de Cuba, que se asienta sobre la placa tectónica del Caribe y el sur de Norteamérica, ocurren terremotos de muy pequeña magnitud.
El año pasado -recordó- hubo dos nodos de pequeños temblores en el centro del país. De esos terremotos, algunos se sintieron en La Habana.
Hace 150 años en el occidente de la isla un terremoto destruyó una gran parte de San Cristóbal y Candelaria, en la costa sur, que puede repetirse pero nadie sabe cuándo será.
Para Iturralde, las noticias referentes al supervolcán de Yellowstone o a un posible super tsunami son solo creaciones de tipo comercial.
Por Alfredo Boada.*Periodista de la redacción de ciencia y técnica de Prensa Latina
La Habana, 7 de septiembre 2014
Crónica Digital / PL