Al vigilar el grupo de galaxias NGC 5813 en la constelación de Virgo, ubicado a varios miles de millones de años luz descubrimos por casualidad ese agujero negro, uno de los más sorprendentes, señaló el también experto de la universidad estadounidense de New Hampshire.
Este agujero negro masivo, ubicado en el centro de la constelación SDSS J1500+ 0154 y cuya masa supera a la del Sol por un millón de veces, consume los restos de la estrella destrozada por él desde hace 11 años.
De esa manera, supera el llamado límite de Eddington (el máximo flujo radiactivo que puede pasar a través de un gas), consideraron los autores.
Para los científicos, este descubrimiento es trascendental, porque el límite de Eddington es fundamental para el desarrollo de los agujeros negros y la evolución de las primeras galaxias cuyos agujeros negros tienen tamaños inusualmente enormes.
Washington, 8 febrero 2017
Crónica Digital /PL