A comienzos de los 90, con una incipiente democracia y muchas dudas sobre lo que vendría, la posible privatización de Codelco llenaba las páginas económicas de los diarios. Después, el recordado escándalo que involucró al ex operador de futuros, Juan Pablo Dávila, solo acentuó las críticas, las desconfianzas y el debate por el futuro de la emblemática empresa estatal. Pero los trabajadores siempre estuvieron en la primera línea para defenderla. En eso estaba hace 13 años Raimundo Espinoza, y en eso sigue hoy. Un dirigente emblemático del movimiento sindical de la minería que ha encabezado por más de una década las reivindicaciones de los mineros desde la poderosa Federación de Trabajadores del Cobre (FTC).
Hoy, el propio Espinoza reconoce que el espíritu confrontacional del comienzo ha dado paso a una relación basada en el diálogo. Y la estrategia ha sido exitosa. Han logrado una serie de acuerdos con la empresa, con una serie de beneficios mutuos. Pero lo más importante, dice Espinoza, ha sido el compromiso de los tres gobiernos democráticos que han pasado por La Moneda de mantener a Codelco en manos del Estado.
Y esto tiene que ver con un cambio de paradigma, en el sentido que todos debemos creernos el cuento de que podemos ser capaces de tener una empresa del Estado eficiente, competitiva, con transparencia, y que entrega un gran aporte al país, dice el líder sindical.
– ¿Qué tan responsables son los trabajadores de ese cambio de paradigma?
– Yo creo que el movimiento sindical ha cumplido un rol fundamental en el sentido de cambiar desde una posición más confrontacional, a una visión de cooperación, para buscar la mejor alternativa para esta empresa que beneficia a todos los chilenos. Y no es algo fácil de asumir. Nosotros teníamos dos opciones: o nos dedicábamos a enfrentar a la empresa y a los sectores políticos privatizadores en un montón de temas, o decíamos: señores, sentémonos a conversar y veamos que viabilidad tienen estos temas (privatización, modernización, etc) y discutámoslo. Yo creo que en la medida en que pones a los actores principales en una mesa de discusión, donde se explican los problemas, se conversa, se debate, es más fácil encontrar soluciones.
– Lo que implica ceder en las demandas
– Pero lo importante es que se buscan soluciones en conjunto. Yo creo que ése es el mejor camino desde el punto de vista nuestro. Y si no se da (un acuerdo), cada uno quedará libre de hacer lo que estime conveniente, pero al menos se habrán agotado todas las instancias y posibilidades. Pero tenemos resultados concretos: tenemos, por ejemplo, sobre 6,7 mil millones de dólares para este empresa en inversiones que se comparan con las que habían hasta el año 90, cuando solo se llegaba a 250, 280 millones. ¿Qué significa esto? Significa que hemos proyectado a la empresa, que hemos generado empleo, estabilidad de trabajo, y que entregamos mayores recursos al país. O sea, aquí se ha beneficiado al Estado, a los chilenos, y también a los trabajadores.
– Sin embargo, y a pesar de esos números, Codelco ha vivido una serie de cuestionamientos que han reactivado la idea de la entrada de privados a la empresa
– Esta empresa está constantemente en el ojo de la opinión pública. Hoy hay un cuestionamiento en el tema de la transparencia. Pero así va a estar siempre, es la guinda de la torta. El hecho de que haya sectores que quieran privatizar esta empresa lo vamos a tener siempre. Pero hoy, son pocos los que dudan que Michelle Bachelet sea la próxima presidente de este país y tenemos un compromiso concreto (de ella) de no privatizar. Y hemos conseguido estos compromisos, tal como en los anteriores gobiernos, porque hay un convencimiento de que así tiene que ser. Y lo hemos logrado porque creemos que tenemos una responsabilidad con esta empresa. Pero no solo con los trabajadores que representamos sino también con los habitantes de este país, con todos los socios, los dueños de esta empresa que es de todos los chilenos. Esa es la gran responsabilidad del mundo sindical del cobre: defender los intereses de los trabajadores a los cuales representa, pero también defender los intereses de esta empresa de quienes quieren privatizarla. Siempre van a surgir muchas voces, nosotros nunca nos hemos negado como organización a discutir los temas, pero estamos convencido que (Codelco) es el mejor negocio para Chile. El mejor negocio que Chile puede tener es mantener esta empresa en manos del Estado.
– ¿Cómo se asumen los millonarios proyectos que tiene en carpeta Codelco? ¿La posibilidad de convertir a la empresa en una sociedad anónima como propuso el presidente ejecutivo Juan Villarzú- es viable para ustedes?
– Nosotros estamos de acuerdo en discutir el tema de cómo se maneja esta empresa en cuanto al directorio como en cuanto a una serie de facultades que tiene el presidente ejecutivo. O sea, estamos de acuerdo en entregar la mayor cantidad de flexibilidad para que esta empresa se pueda mover en un mundo distinto, como una empresa estatal pero del siglo XXI. No puede ser una empresa estática, tiene estar continuamente viendo transformaciones y cambios. El tema está en que toda esa situación no la confundan con el asunto de la privatización. Y no por un problema ideológico, sino porque hemos podido demostrar al mundo que (Codelco) es el mejor negocio que Chile tiene. ¿Por qué tiene que deshacerse del mejor negocio? Si yo tengo un buen negocio ¿por qué tengo que compartirlo? Compartiré donde tengo riesgos, o donde tengo dificultades, y por eso se hizo la ley 19.137 donde los privados pueden invertir. Pero el corazón de esta empresa que son los yacimientos que están actualmente en explotación, y que son las reservas mayores que tiene esta empresa, ése es el negocio que tenemos. Nosotros estamos de acuerdo que haya transparencia, que sea una de las empresas más eficientes del mundo, que se maximicen las utilidades, que se aumente el valor, que tenga (la empresa) sensibilidad social, tal como la estamos construyendo. Es decir, que sea modelo frente a las demás transnacionales productoras de cobre.
– Cuándo ustedes hablan de flexibilidad, ¿hasta dónde están dispuestos a llegar?
– Bueno, tenemos que financiar los proyectos de inversión de esta empresa. Hasta ahora, la empresa se ha endeudado (para financiar proyectos), y esto porque la empresa entrega el 100 por ciento de los utilidades al Estado. Nosotros estamos proponiendo resolver el tema de las inversiones futuras de la siguiente manera: Hasta ahora, si el precio del cobre supera el precio fijado por el Estado para hacer el presupuesto nacional, esos excedentes se van todos al fondo de estabilización del precio del cobre. Nosotros planteamos que un porcentaje de esa plata que va al fondo se utilice como reinversión o como pregpago de deuda. Por lo tanto, el problema lo tendríamos medianamente solucionado por esa vía.
– ¿Qué necesitan para concretar esta propuesta?
– Es solo una decisión del gobierno. Y en este sentido el ministro de Hacienda dijo hace algunas semanas que el problema del financiamiento de Codelco no era el problema de esta empresa. Y ese es un tema que se ha ido consolidando, y que ha ido ganando fuerza. Es decir, que esta empresa es importante y que hay que entregarle recursos porque no se pueden comer la gallina de los huevos de oro. Esta empresa le va a servir a cualquier gobierno.
– ¿Qué les parece el proyecto de ley que tramita el Senado que está dejando fuera de los directorios de las empresas públicas a los ministros?
– Esta es la empresa más importante de este país, ¿cómo podría estar fuera el ministro de minería? No lo entiendo. Este es un país minero, por esencia. Entonces, discutamos en serio una gran reforma para poder tener directorios que sean capaces de poder administrar esta gran empresa, ¡pero discutamos en una forma seria! O sea, que no me vengan a decir que la comisión de Hacienda quiere dos directores que sean independientes. ¿Independientes de qué? ¿Independientes de la UDI y de Renovación Nacional? ¿De qué independencia estamos hablando? Si uno es dueño de una empresa, si Piñera, Lavín o cualquier empresario sea dueño de una empresa, ¿crees que va a colocar directores del sector de la competencia a manejar su empresa o va a colocar directores de su confianza? Aquí el presidente de la junta de accionistas es el Presidente de la República, por lo tanto él tiene que nombrar a los directores. ¿Por qué los tiene que nombrar otro? Esas son cosas que nosotros no las entendemos. Por lo menos yo no las entiendo. Pero es de sentido común, los directores tienen que tener las atribuciones para poder manejar a la empresa y dar las directrices para que camine de la mejor forma posible a nivel competitivo y productivo. Y los directores también tendrán que asumir su responsabilidad si se equivocan.
– A pocos meses que deje el cargo, ¿qué evaluación hacen de la gestión de Juan Villarzú al mando de la empresa?
– Todas las gestiones tiene cosas buenas y cosas malas, pero si uno hace un balance en general de este proceso, de una empresa que entrega en los últimos dos años más de 9 mil millones de dólares al Estado chileno, creo que el balance es positivo.
– ¿Qué expectativas tienen del futuro presidente ejecutivo de la empresa? ¿Tienen alguna preferencia?
– Al movimiento sindical no le interesan los nombres. El que coloca a los ejecutivos de esta empresa es el Presidente de la República. Por lo tanto, el Presidente tendrá que tener la sabiduría para designar a los ejecutivos que van a manejar esta empresa hacia adelante. Pero tienen que tener una sola cosa presente: hemos fijado una política que ha sido exitosa, con todos los ripios que pueda tener, y que consiste en que los acuerdos se hacen con los trabajadores, y no en contra los trabajadores. Y en ese sentido, nos van a encontrar absolutamente abiertos a buscar alternativas de solución frente a los temas que representamos los trabajadores, pero también frente a los problemas que tiene la empresa, porque esta empresa es de todos los chilenos. Ese es nuestro compromiso.
Royalty y Ley Reservada
Aún cuando el impuesto específico a la minería más conocido como Royalty- ya es una completa realidad, no es exactamente el mismo proyecto que impulsaba el gobierno y que la FTC, en términos generales, apoyaba. Espinoza admite que la ley que finalmente aprobó el Parlamento no es todo lo bueno que quisieran, pero valora que al menos exista la normativa. Uno siempre quiere cosas mejores. Pero yo soy un convencido que a falta de pan, buenas son las tortas, asegura.
En todo caso, considera de gran importancia utilizar esos recursos en innovación tecnológica para enfrentar los desafíos que vienen hacia adelante. En este sentido destaca que a partir del próximo año vamos a tener cerca de 150 millones de dólares para ocuparlos en estos temas y así ganar en competitividad.
Una cautela similar muestra Espinoza cuando se le pregunta por la posibilidad de eliminar o al menos cambiar la llamada Ley Reservada del Cobre, que obliga a Codelco a entregar el 10% de sus ventas a las Fuerzas Armadas.
Dice tener algunas contradicciones esenciales frente al tema. Reconoce que la ley hay que revisarla, pero aclara que no es cierto que le quite competitividad a la empresa.
Argumenta que el Estado de alguna parte tiene que sacar los recursos. Si no los saca de Codelco los saca del Parlamento, pero al final la plata es la misma, se cambia la plata de un bolsillo a otro lado. Pero hay algunos que creen que sacando la Ley Reservada de Codelco la empresa está más expuesta a privatizarse porque se le saca un peso específico. Yo tengo varios signos de interrogación respecto a esto. Pero es una opinión personal. Creo que hay que discutirlo, hay que verlo, tiene que haber un análisis estratégico, político, y técnico, concluye.
Por: Joaquín Ruiz de Revista Mineria Global
Santiago de Chile, 22 de noviembre 2005
Crónica Digital/Mineria Global
Foto: Reimundo Espinoza
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