Esto, como consecuencia de los nuevos estatutos que se aprobaron durante su gestión, convirtiendo a la casa de Bello en la primera institución universitaria pública que logra superar definitivamente la situación creada durante la intervención militar y que contará con un Senado universitario presidido por el Rector.
Nadie duda en Chile del enorme prestigio, tolerancia y pluralismo que en los últimos años ha caracterizado la gestión de Riveros, en esa misma línea sobran los reconocimientos de casas de altos estudios de Latinoamérica y Europa.
El motivo es de la mayor importancia ya que la Universidad de Chile logró reponer el carácter de nacional y pública que nunca ha de perder. Y en plena sintonía con este logro está el hacer de la Universidad un efectivo estándar de referencia en calidad y propuestas que necesita, urgentemente, el sistema universitario chileno.
Reflejo de este trabajo de excelencia, es que la Unión Europea en un estudio de 2003/2004 ubica a la Universidad de Chile dentro de las primeras 500 universidades del mundo, la primera en Chile y la tercera en Hispanoamérica.
El avance que ha logrado la Universidad de Chile en los últimos años ha sido importante. La institución ha alcanzado niveles de participación junto con la modernización en muchas de sus áreas. Destacando la atención a las necesidades de los estudiantes y funcionarios, practicando una política de puertas abiertas para analizar colectivamente los problemas institucionales.
En forma notable se han verificado programas de modernización de bibliotecas y de mejoramiento de los servicios computacionales, sin descuidar la inversión en infraestructura y el desarrollo académico, potenciando el posgrado y la investigación científica.
La Universidad de Chile, sin embargo, enfrenta dos desafíos que afectarán notablemente su desarrollo en los próximos cuatro años, determinando las bases de lo que se denomina como nueva Universidad que se consolidará a partir del año 2006.
El primero, tiene que ver con la instauración de la nueva institucionalidad. El segundo, se relaciona con los cambios en las políticas públicas en materias académicas y de financiamiento.
La complejidad que representa este delicado proceso, hace que la institución mantenga una gran estabilidad en la gestión y el liderazgo, por estos motivos el profesor Riveros ha aceptado optar por un nuevo mandato otorgado por la comunidad.
La comunidad académica sabe de todos estos logros y desafíos, grande es entonces la responsabilidad al momento de votar y de elegir a quién seguirá por la senda de defender y consolidar eficientemente la educación superior pública. Y en este aspecto específico, a muchos les parece que es Luis Riveros la persona indicada por su talento y experiencia- para continuar y consolidar este nuevo tiempo de creación e innovación que ha de tener y necesita la Universidad de Chile para Chile.
Por: Jaime Escobar M. Editor de la revista Reflexión y Liberación, y miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 28 de marzo 2006
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