En la población Los Nogales, ubicada al oeste de Santiago, cientos de personas recordaron uno de los hechos más tenebrosos de la historia del régimen militar. El 2 de julio fueron quemados vivos los jóvenes Rodrigo Rojas De Negri y Carmen Gloria Quintana, el primero murió días después en un hospital de esta capital, en tanto la muchacha, sobrevivió.
En la oportunidad, los asistentes realizaron un mural en el lugar donde fueron quemados por una patrulla militar, para luego realizar una olla común en la sede de la junta de vecinos de la población Los Nogales.
Los hechos
Según el informe Rettig, en la madrugada del 2 de julio de 1986, primer día del Paro Nacional, que había convocado la Asamblea de la Civilidad, se dirigió con otros jóvenes a participar en el levantamiento de una barricada-fogata. Fue detenido junto a una joven integrante del grupo, por efectivos de una patrulla militar, uno de los cuales llevó hasta el lugar elementos incendiarios que los jóvenes habían dejado abandonados más atrás.
Los jóvenes fueron quemados vivos por los militares, posteriormente, los uniformados apagaron el fuego envolviendo a los dos jóvenes en frazadas. Luego los subieron a un vehículo militar y los dejaron abandonados lejos del lugar de detención. Más tarde fueron auxiliados por particulares y recogidos por funcionarios de Carabineros, quienes los hicieron transportar en un automóvil particular a un centro asistencial donde recibieron atención médica. Sólo logró salvarse la joven. Rodrigo Rojas falleció el 6 de julio en la Posta Central.
FAMILIARES DE EJECUTADOS POLÍTICOS REALIZARON ACTO POR LOS CAÍDOS
En tanto, la Agrupación de Familiares de Ejecutados políticos (AFEP) realizó el fin de semana un acto por los chilenos caídos durante los 17 años que duró la dictadura de Pinochet (1973-90).
El acto fue en el galpón Victor Jara, perteneciente a la fundación que lleva el nombre del cantor asesinado por militares en 1973, donde asistieron cientos de personas que repletaron el lugar.
La presidenta de la AFEP, Patricia Silva, recordó a Charles Ramírez Caldera- militante revolucionario- de formación cristiana.
Ante más 500 jóvenes, Silva recordó que hace 25 años, el diario conservador La Segunda titulaba: » Exterminan a subversivo en enfrentamiento con fuerzas de seguridad…»
Dijo que Charles Ramírez al igual que cientos de compañeros y compañeras que cayeron durante la dictadura en enfrentamientos desiguales, falsos enfrentamientos y dinamitados, no están calificados por el Estado como víctimas de violación a los DDHH. Esto quiere decir que no sólo sus familiares no reciben los beneficios de la Ley de Reparación- que creemos, de acuerdo a lo que ellos nos cuentan, que no es lo más importante- sino que oficialmente tampoco se les reconoce en su condición de luchadores sociales y eso sí que es muy grave.
Esta injusticia sólo cabe en la mente de aquellos que vivieron los horrores de la dictadura a la distancia (física o emocional ) y también en los que hoy pretender reducir el tema de las violaciones a los derechos humanos sólo a cifras y números, apuntó.
Anunció que Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos No sólo quiere denunciar la forma con que encubrieron sus crímenes y se manipuló las conciencias del pueblo chileno, sino por sobre todas las cosas queremos reivindicar sus vidas generosas, valientes y consecuentes, que no dudaron ni un minuto en levantarse frontalmente contra el tirano.
Hablar de estos combatientes por la vida, constructores de la libertad nos remonta en el tiempo y aparece nítida en nuestras retinas la imagen imborrable del querido compañero Presidente Salvador Allende en La Moneda en llamas, con su casco y su metralla, defendiendo el futuro junto a ese puñado de hombres y mujeres que con una lealtad a toda prueba, resistieron junto a él. Me refiero a los miembros del GAP, que se constituyeron en los primeros combatientes contra la dictadura, señaló la defensora de los derechos humanos.
Silva, en su discurso, indicó que aunque han pasado ya casi 33 años desde el golpe de Estado en contra del gobierno de Allende, todavía se lucha por lograr un Chile digno y soberano.
Con emoción y orgullo hemos constatado cómo los más jóvenes dentro de los jóvenes, los estudiantes secundarios, nos han dado una tremenda lección al remecer con su movilización- los cimientos más profundos de este sistema nefasto, apuntó.
Dijo que la dictadura no sólo cometió crímenes- traducidos a las violaciones a los derechos humanos, sino que también atacó implacablemente al pueblo chileno al imponer un modelo económico cruel, perverso que no sólo profundizó las brechas entre los más ricos y los más pobres, sino también porque despojó los más preciados valores para transformarnos en una sociedad individualista, atomizada, arribista, donde generalmente nos movilizamos sólo por lo que nos afecta directamente.
Pero debemos entender que las dificultades que enfrentan los estudiantes, el pueblo mapuche, los pobladores, el mundo de los derechos humanos tiene una misma raíz, un mismo origen, que es este vergonzoso modelo neoliberal. Por lo tanto, sólo podremos sentirnos verdaderamente triunfadores en nuestras luchas cuando seamos capaces de revertir este sistema, cuando seamos capaces de terminar con esta Constitución ilegítima desde su génesis, cuando seamos capaces de construir una patria verdaderamente justa, libre y digna para todos sus hijos… donde estudiar no sea un negocio, donde la salud esté garantizada para todos, sin discriminaciones, donde la tierra sea verdaderamente para el que la trabaje, donde nuestro pueblo mapuche recupere sus tierras y su cultura sea orgullo de todos los chilenos, destacó Patricia Silva.
Reveló que la AFEP solicitó una audiencia con la presidenta, Michelle Bachelet, para explicarle que muchas de sus demandas no se ha concretado, entre ellas la de constatar que han recibido los restos de sus familiares y no los ponga en una categoría diferente respecto a la tan necesaria justicia.
Denunció a los gobiernos de la Concertación de no tener la voluntad política para avanzar realmente en esta materia, y que se refleja en el actual gobierno que aún no ratifica importantes tratados internacionales como la imprescriptibilidad en crímenes de lesa humanidad y no firma el Tribunal Penal Internacional.
Por último, Silva reiteró que la lucha de los familiares de Ejecutados Políticos, lleva más de 30 años y no se detendrá, porque lo que en definitiva nos mueve es el anhelo de que nunca más en Chile vuelvan a cometerse estas aberraciones contra el pueblo y para esto es imperioso que haya castigo ejemplarizador para los responsables de todos y cada uno de los crímenes y que se construya la verdadera historia de lo ocurrido. Eso es Justicia. Eso es Memoria. Y en este compromiso debemos estar todos, porque los caídos y la lucha contra la impunidad no son ni deben ser patrimonio exclusivo de los familiares.
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Santiago de Chile, 3 de julio 2006
Crónica Digital
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