El estudio de la evolución humana y la socialización de estos conocimientos para que todos participen, facilitará la comprensión de las metas y funciones del hombre en el mundo, explicó el científico en la Facultad de Biología de la UH.
Los seres humanos no han concluido su proceso de humanización, aseguró el arqueólogo y geólogo, pues carecemos de conciencia crítica de especie, y la ciencia y la técnica no tributan a las mejoras de toda la sociedad.
Hace 30 años Carbonell trabaja como coordinador en los hallazgos de la Sierra de Atapuerca (España), donde se encontró la diversidad de fósiles humanos más importante del mundo.
Por primera vez en la historia de la humanidad se dispone de una montaña con fósiles para reconstruir la evolución climática, biológica y cultural de dos períodos (Pleistoceno y Holoceno), destacó.
Durante su intervención expuso la filosofía seguida por el proyecto de Atapuerca que impulsa la investigación, el desarrollo académico y la socialización de sus hallazgos, y recibió el título de Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Antropología.
El complejo de cuevas hispano revolucionó los conocimientos de las ciencias de la vida, pues se encontraron pruebas de una nueva especie de homínidos (Homo antecessor), el primer caso de canibalismo y el registro más grande de la especie Homo heidelbergensis.
El sitio facilita material para la profundización en teorías sobre las primeras poblaciones del continente europeo, pues aun quedan estrados geológicos por excavar.
En el complejo de Atapuerca los investigadores han registrado fósiles de antecesores del hombre, correspondientes a la etapa comprendida entre hace un millón 200 mil años y el presente.
En sus inicios, recordó Carbonell, el proyecto disponía de pocos investigadores y casi ningún financiamiento y ahora vive sus mejores días con 200 trabajadores y una próxima inversión de 350 millones de euros.
Asimismo, resaltó el impacto de los hallazgos en la enseñanza de estas ciencias en su país, pues colaboran con diferentes universidades en la formación de capital humano de su país.
Al recibir el nombramiento honorífico, el investigador reafirmó su vocación filosófica marxista y su amistad con Cuba.
La Habana, 28 de noviembre 2006
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