Desde el país de la mitad del mundo, ese que en un tiempo fue miembro de la OPEP, por haberle dotado la creación con recursos petroleros y que luego su dirigencia política asumió modelos neoliberales tan radicales que hasta eliminó su moneda para asumir la del dólar estadounidense, llega la noticia del posible cambio de rumbo.
Un cambio de rumbo orientado, según plantea su presidente electo Rafael Correa, a dejar de lado la vía del tratado de libre comercio, a reinsertarse con la comunidad suramericana de naciones, a volver a la OPEP y a intentar recuperar su moneda y una vía de inclusión social que permita recuperar la esperanza para uno de los países de mayor exclusión humana.
Gran parte de su población indígena asume esta orientación política y social expresada, claramente, en sus elecciones recientes.
En este tiempo de adviento, para más de un ecuatoriano estará presente en su memoria, como lo expresa la Fundación Pueblo Indio del Ecuador, uno de sus profetas más sentidos: Leonidas Proaño, el obispo de Riobamba, el de las comunidades indígenas que en su libro Creo en el hombre y en la comunidad dice: Toda mi vida ha estado llena de luchas y conflictos.
Pienso de mi mismo que no soy una persona conflictiva. Más bien soy un hombre intransigente cuando se trata de defender valores trascendentales no ciertamente especulativos, sino encarnados en la existencia de los hombres…Intransigente en la defensa de la verdad, porque he querido que los hombres concretos seamos verdaderos…intransigente en la defensa de la justicia, porque he querido que los hombres practiquemos la justicia…lo que más agradezco a mis padres es su permanente educación en la libertad y para la libertad…Amor a la paz, que tiene como cimiento la justicia y el amor, esa paz que no es un objetivo barato, la paz que se conquista por eliminar toda forma de opresión, de explotación, de injusticia, de discriminación. Fiel a la denuncia del sistema de pecado y al anuncio del Reino de Dios. Pues Llegar a ser la voz de los humildes, descubrir la injusticia y la maldad, denuncia al injusto y al malvado…es solidaridad.
En momentos en los cuales también en Venezuela se realizan unas elecciones también en tiempo de adviento y que se recuerda, lastimosamente, el daño que se empezó a hacer un 2 de diciembre, cuando se llamó a un paro y sabotaje petrolero que tanto daño económico y social se causó. Y con tanta necesidad de mantener su rumbo democrático, tanto por partidarios del gobierno como por partidarios de la oposición democrática, superando con cada vez más y mejor democracia su camino integrador interno y externo, viene también a la memoria la advocación del llamado de adviento del obispo profeta Leonidas Proaño. Esperando la llegada de la Navidad Gracias Padre…por la alegría de tu Reino que ya ha comenzado…con la urgencia de acelerar la llegada de tu Reino en plenitud, con la Iglesia que está en Riobamba y con la Iglesia Universal, clamamos con tu Hijo: ¡Ven Señor, Jesús!
Por Guido Zuleta I. / Fundalatin
Santiago de Chile, 29 de noviembre 2006
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