Pese a la arrolladora ofensiva mediática lanzada por Berlusconi, quien controla 90 por ciento de los medios de prensa y es considerado el hombre más rico del país, ésta logró restar apenas un punto a la popularidad del bloque Unión de Prodi.
De acuerdo con los últimos sondeos, Unión, que reúne a la antigua coalición El Olivo, formada por Demócratas de Izquierda y la agrupación La Margarita, a Refundación Comunista y a Italia de los Valores, cuenta con 51 por ciento de respaldo popular.
Por su lado, la gubernamental Casa de la Libertad, con cuatro partidos «grandes» y seis pequeños, encabezada por Berlusconi, consiguió 47 puntos porcentuales del apoyo de los electores, cuya cuarta parte aún espera por decidir su preferencia.
Sin embargo, medios de prensa capitalinos reconocen que la mayoría de los indecisos tiene una orientación más bien hacia posiciones de izquierda, algo que Berlusconi fue incapaz de superar con sus excéntricas comparaciones con Napoleón y Jesucristo.
Medios de prensa comentan que algunas fuerzas por separado, fuera de las estructuras de los dos grandes bloques, presentan resultados diferentes.
En los sondeos aparece la coalición El Olivo, de Piero Fassino y Francesco Rutellí, como la de mayor preferencia, con 33 por ciento, seguida de Forza Italia, de Berlusconi, quien en las últimas semanas saturó a los televidentes con su proselitismo político.
Pese a que el también ex presidente de la Comisión Europea encabeza el bloque de izquierda, esta lejos de ser el político más popular del país, condición que corresponde al actual ministro del Exterior Gianfranco Fini, con 55 por ciento.
Las encuestas sitúan a Prodi sólo en el séptimo lugar, en tanto el jefe de Gobierno se encuentra dos escaños más abajo, pese a la feroz campaña electoral que trató de realizar, sin la competencia de los partidos de la oposición.
Berlusconi intentó postergar la disolución del Parlamento para evitar la puesta en práctica de una ley que obliga otorgar en ese caso igual espacio en los medios de difusión a todos los partidos.
Roma, 2 de marzo 2006
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