Los textos que datan de los siglos III y IV habían sido sacados de contrabando del país y lo integran 13 papiros envueltos en cuero.
Estos materiales fueron descubiertos por un agricultor en la década de los años 70 en una gruta de una zona desértica próxima a la localidad de Bani Mazar, a unos 190 kilómetros al sur de El Cairo, recordó un comunicado del Consejo Supremo de Antiguedades.
El campesino vendió los papiros a un traficante ilegal egipcio de arqueología que se los llevó a Estados Unidos, quien los guardó en un banco para venderlos luego a otro contrabandista, al cual se los compró en los 80 la fundación Maecenas, de Basilea, Suiza.
Gracias a la National Geographic Society, los manuscritos fueron recuperados y después devueltos a Egipto.
Pero la importancia de estos documentos escritos en alfabeto copto es que sugieren la idea de que Judas no fue un traidor que vendió a Jesús por 30 dineros, sino un discípulo privilegiado.
La supuesta misión del hasta hoy vilipendiado Judas fue la más difícil: «sacrificar a Jesús para ayudar a su esencia divina a escapar de la prisión del cuerpo y elevarse al espacio celestial».
Los manuscritos -según las mismas fuentes- fueron restaurados a un costo de dos millones de dólares por National Geographic y el Instituto Waitt para los Descubrimientos Arqueológicos, también norteamericano.
La Iglesia copta, al igual que las demás iglesias cristianas del mundo, sólo reconocen la validez de los evangelios de San Juan, San Mateo, San Lucas y San Marcos.
El Cairo, 13 de abril 2006
Prensa Latina , 0, 137, 19