Scotland Yard dijo en una declaración que su investigación sobre el presunto proyecto terrorista entró ahora en una nueva fase que será larga y compleja.
El ministro del Interior, John Reid, confirmó la existencia del plan para derribar aviones en pleno vuelo, con gran pérdida de vidas, y el arresto de 23 sospechosos en el sudeste de Londres y en Birmingham, la segunda británica más importante.
Reid confirmó en rueda de prensa que podrían realizarse más arrestos y que el primer ministro Tony Blair, de vacaciones en Barbados, esta al tanto y había aprobado la operación policial.
Un portavoz del gobierno confirmó que anoche Blair informó por teléfono de la situación al presidente estadounidense, George W Bush.
En Estados Unidos, según la BBC británica, el nivel de alerta antiterrorista fue elevado a rojo para los vuelos desde Gran Bretaña y a naranja, el inferior, para los domésticos. British Airways anuló hoy a su vez todos sus vuelos desde y con destino en Heathrow, el principal aeropuerto londinense.
El canal de televisión británico Sky News aseguró, citando fuentes de los servicios de seguridad, que los presuntos atacantes pretendían emplear para sus fines explosivos líquidos no detactables por los aparatos de rayos X de los aeropuertos.
Una vez dentro de las aeronaves, estas personas mezclarían los líquidos hasta conseguir la composición explosiva.
La población británica reaccionó escéptica a las informaciones de la policía y el gobierno acerca del complot terrorista, al coincidir éstas con el escándalo que involucra al Ministerio del Interior por no expulsar del país a unos mil inmigrantes ilegales tras su reciente excarcelación.
El aparente sabotaje, a 13 meses del cuádruple atentado en Londres que mató a 56 personas, incluidos los atacantes, y dejó 700 heridas, concurre también con la exoneración de los servicios de seguridad, acusados de imprevisión con respecto de aquellos sucesos.
Londres, 10 de agosto 2006
Prensa Latina , 0, 65, 2