Hay intentos de desdibujar su imagen política, algunos sostienen que Allende es un mito, que el proceso de profundas transformaciones y cambios sociales que el condujo, es algo de la historia pasada, que debe contemplarse desde el cómodo peldaño de la nostalgia. ¡Esto no es así!. Salvador Allende fue un Revolucionario, un hacedor infatigable de la unidad de nuestro pueblo, para él los trabajadores constituyeron el centro aglutinador y aglutinante de la lucha social desde inicios del siglo veinte.
Durante toda su vida mantuvo una conciencia y firme postura antiimperialista, este rumbo marcado incesantemente por sus palabras y acciones son la rica cantera de la cual debemos nutrirnos, en este sentido no hay espacios para las ambigüedades.
En su discurso ante la asamblea general de las Naciones Unidas el 4 de diciembre de 1972, denunció desde esa alta tribuna el bloqueo sistemático contra nuestro país, por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Aunque las cifras de la asfixia económica contra Chile como lo señaló Allende en esa ocasión, se hace imprescindible hoy volver a situar los hechos tal cual como sucedieron: El Presidente Allende denunció que En el transcurso de los últimos doce meses (diciembre 1971-72), el descenso de los precios internacionales del cobre ha significado al país, cuyas exportaciones alcanzan a poco más de mil millones de dólares, la pérdida de ingresos de aproximadamente 200 millones0, mientras los productos, tanto industriales como agropecuarios, que debemos importar, han experimentado fuertes alzas, algunos de ellos hasta un 60 por ciento
El Banco Interamericano del Desarrollo y el Banco Mundial, suspendieron violentamente préstamos otorgados a nuestro país. La banca privada Norteamérica corto la línea de crédito destinada al financiamiento de nuestro comercio exterior por cerca de 220 millones de dólares. En breve plazo, se ha suspendido de estos créditos un monto de alrededor de 190 millones de dólares, reveló Allende.
La Agencia para el Desarrollo Internacional del Gobierno de los Estados Unidos (AID) cortó la ayuda de 50 millones de dólares, que durante decenios anteriores nuestro país recibía de este organismo. Siguiendo la recta imperialista de estrangular nuestra economía, el Presidente Allende planteó ante la asamblea general de la ONU que Chile, por razones tecnológicas y de otro orden, debe efectuar importantes adquisiciones de bienes de capital en Estados Unidos. En la actualidad, tanto los financiamientos de proveedores como los que ordinariamente otorga el Eximbank para este tipo de operaciones, nos han sido también suspendidos, encontrándonos en la anómala situación de tener que adquirir esta clase de bienes con pago anticipado.
Allende revela que: Los desembolsos de préstamos contratados con agencias del sector público de Estados Unidos y que se encontraban en ejecución, se han suspendido, lo que nos obliga a efectuar compras al contado en el mercado norteamericano.
Allende expresó también que las acciones dirigidas contra el comercio del cobre en el viejo continente, en líneas de crédito a corto plazo con la banca privada, basada en cobranza de venta del cobre fueron entorpecidas, lo que significó la no renovación de líneas de crédito por más de 200 millones de dólares.
Allende, como estadista visionario, denunció ante el mundo, la revancha Imperialista frente a la osadía por ser un pueblo libre y conquistar nuestra Soberanía e Independencia económica.
Lo que ayer manifestó Allende, adquiere plena vigencia hoy al decir: Lo que he descrito significa que se ha desvirtuado la naturaleza de los organismos internacionales, cuya utilización como instrumentos de la política bilateral de cualquiera de sus países miembros, por poderosos que sean, es jurídica y moralmente inaceptable. Significa presionar a un país económicamente débil. Significa castigar a un pueblo por su decisión de recuperar sus recursos básicos. Significa una forma de intervención en los asuntos internos de un país. Esto es a lo que denominamos imperialismo.
Antes de finalizar mi reflexión, quiero invitar al escritor portugués y premio Nobel de literatura, José Saramago, quien durante la última jornada del ciclo Lecciones y maestros dedicó gran parte de su intervención a expresar su honda preocupación por el mal funcionamiento del sistema democrático y por el hecho de que los gobiernos sean los comisarios políticos del poder económico.
El mundo lo dirigen organismos que no son democráticos, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la Organización Mundial de Comercio, dijo Saramago, quien invitó a los ciudadanos a perder la paciencia y a hacer algo para intentar cambiar la situación.
Suscribo esas palabras, los ciudadanos de este tiempo debemos perder la paciencia y hacer algo por cambiar las cosas Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos, como lo señaló Saramago en su intervención.
Por Mireya Baltra. Ex Ministra del Gobierno del Presidente Salvador Allende. Miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 18 de junio 2007
Crónica Digital
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