La actividad humana tiene un impacto significativo en el ciclo del nitrógeno de los océanos, similar al que se observa desde hace décadas en el ciclo del carbono de la Tierra, señala una reciente investigación.
Un estudio publicado en la revista Science indica que la tasa de deposición de nitrógeno reactivo (es decir, los óxidos de nitrógeno procedentes de la quema de combustibles fósiles y los compuestos de amoníaco por el uso de fertilizantes) de la atmósfera al océano abierto, aumentó más de dos veces a nivel mundial durante los pasados 100 años.
Esta adición de nitrógeno antropogénico alcanzó una magnitud comparable a la mitad de la fijación de nitrógeno en el océano mundial (el proceso natural por el cual el gas nitrógeno atmosférico se convierte en un nutriente útil para los organismos).
David Karl, profesor de Oceanografía y director del Centro de Daniel K. Inouye de Oceanografía Microbiana en la Universidad de Hawai, junto a colegas de Surcorea, Suiza y Estados Unidos, halló que la concentración de nitratos oceánicos aumentó significativamente en 30 años en el Pacífico norte, debido en gran parte al aumento de la deposición de nitrógeno de la atmósfera.
La creciente población humana necesita energía y alimentos. Desafortunadamente, la contaminación por nitrógeno es una consecuencia no deseada y ni siquiera el océano abierto es inmune a nuestras actividades industriales diarias, dijo Karl.
De acuerdo con los estudiosos, dada la probabilidad de que la deposición de nitrógeno atmosférico continuará en el futuro, el océano Pacífico norte podría rápidamente cambiar a tener excedente de nitrato.
En ese sentido, alertan que esos incrementos en la deposición de nitrógeno atmosférico tienen el potencial de alterar la base de la cadena alimentaria marina y a largo plazo la estructura del ecosistema.
Washington, 29 noviembre 2014
Crónica Digital / PL