Por Pablo Salvat*
Así estamos, estimados lectores y lectoras. Si, pongo el título en inglés, la lengua dominante en Occidente y, obviamente, no por casualidad eh. La lengua de la angloesfera, la misma que hoy -junto con el dólar-, no acepta salir de su dominio unilateral a nivel global. Y, a ello hay que sumarle la concentración de los medios de comunicación en pocas manos. Me siento por momentos abrumado; siento indignación ante el doble estándar y la doble moral de las elites de poder occidentales. La mima que se mostró en el conflicto entre Rusia y Ucrania-OTAN; la misma se muestra ahora, con el conflicto entre el Estado sionista de Israel y Palestina. Es impresionante ver como las cadenas de televisión y periódicos transmiten casi todos al unísono el mismo mantra, una y otra vez. Es bueno que sepamos que hoy tenemos 7 empresas que controlan el 70% de los medios de comunicación a nivel mundial. No puedo entrar aquí al detalle, pero déjenme mencionarles un par de cosas. Esas siete empresas son News Corporation, Time Warner, Disney, Sony, Bertelsman, Viacom, General Electric. Ellos, segundo, controlan la televisión, los satélites, las redes de cable, las agencias de información, las radios, los diarios, las revistas, la industria cinematográfica, esto es, toda la red de comunicación mundial ¡Por cierto, todo ello bajo el mantra de la protección de la “libertad de expresión”! Y eso, lectores/lectoras, rebota y se repite también acá, como no. Nuestros medios -tv y diarios manejados por la derecha mediática-, se hacen caja de resonancia de esas corporaciones. Duele, entristece, porque en medio, hay cientos de vidas que no pueden autodeterminarse, que han perdido su territorio, que viven como colonizados, que no tienen adónde ir, y con su vida cotidiana colgando de un hilo. Pero, ¿qué dicen las televisoras y los medios dominantes al respecto? Tanto para explicarse la incursión de Rusia en el Donbás, como para hacerlo de la acción de Hamas el 7 de octubre, se hace la vista gorda con el pasado y se deja de lado la historia real que lleva a las consecuencias que tenemos que lamentar hoy. El manido “terrorismo” que sirve para el barrido y el fregado o los rasgos de una persona o líder, parecen explicarlo todo. ¿Hace cuánto tiempo cree usted está en guerra el Estado israelí contra el pueblo palestino? ¿Comenzó el día después de la acción del día siete? ¿Por qué se ha modificado la tenencia del territorio palestino de manera impresionante desde el año 47? Indague. ¿Cuánto pesan los motivos nacional-religiosos? ¿Por qué más de dos millones de personas tienen que vivir en, lo que el mismo Papa Francisco reconoce como la cárcel a cielo abierto más grande del mundo? Pregúntese.
Pero bueno, ha buen rato que vivimos en lo que algunos llaman la época de la mentira, como expresó certeramente el escritor Saramago. Supone, como dicen otros, una doble deslealtad. Una, en relación a quiénes se engaña; la otra, respecto a la verdad misma, porque la suplanta y la traiciona. Y allí ocupa lugar importante el doble estándar, la manipulación y las mentiras.
Para terminar, volvemos al título y reproducimos algo de ese doble estándar referido a la pérdida de vidas: como no, unas vidas que se consideran valorables y superiores, frente a otras, que se evalúan como pérdida de “animales humanos”, por tanto, inferiores. Veamos.
No tears (lágrimas) for 245 mil fallecidos en Afganistán;
No tears for 1.120.000 fallecidos en Irak;
No tears for 613.407 fallecidos en Siria;
No tears for 500.000 o más fallecidos en Ucrania;
No tears para cuántos palestinos desplazados o fallecidos desde 1948 en adelante?
Así estamos, al parecer en el que algunos llaman, el mejor de los mundos posibles, hasta las lágrimas y la empatía son privilegios solo para algunos… ¡
*Doctor (PhD) en Filosofía Política de la Universidad de Lovaina, Bélgica. Licenciado en Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Crónica Digital
Santiago de Chile, 16 de octubre del 2023