Tal como hizo en abril pasado con tres ex oficiales encausados por crímenes registradas en Arica, en el extremo norte del país, el juez benefició ahora a siete militares por cuatro muertes ocurridas en San Javier, en el marco de este operativo, uno de los más sangrientos de la época.
Los amnistiados fueron los generales Sergio Arellano Stark y Gabriel del Río (ambos en retiro), y otros cinco oficiales, procesados por su responsabilidad en ese episodio, en el cual fueron ejecutados cuatro jóvenes socialistas el 2 de octubre de 1973, tras ser detenidos por la policía.
Las víctimas fueron Teófilo Arce (26) y Mauricio González (20) -se desempeñaban en la Corporación de Reforma Agraria (CORA)-, así como José Sepúlveda (22) y Segundo Sandoval (19), ambos estudiantes.
Todos ellos habían protagonizado un incidente el día 11 de septiembre de 1973 en el que fueron perseguidos por funcionarios de Carabineros y civiles de la zona, logrando escapar de los disparos de sus perseguidores.
De acuerdo con la versión oficial entregada a la prensa en la época, los detenidos eran conducidos a una «reconstitución de escena» e intentaron arrebatar las armas a sus centinelas y escapar.
El pasado 13 de abril, el ministro absolvió de cargos al propio general Arellano Stark y aplicó la amnistía a otros tres imputados en el episodio Arica de la Caravana, al dictar la sentencia por el homicidio calificado de tres víctimas.
La Caravana de la Muerte fue una comitiva militar, ordenada por el ex dictador Augusto Pinochet, que entre octubre y noviembre de 1973 recorrió de punta a cabo el país, en las que sus integrantes ejecutaron al menos a 75 presos políticos.
La Ley de Amnistía fue decretada por el ex gobernante de facto para proteger a los militares que estuvieron involucrados en graves violaciones de los derechos humanos ocurridos entre el 11 de septiembre de 1973 -fecha del sangriento golpe- y 1978 en que dictó la normativa.
Santiago de Chile, 16 de mayo 2006
Crónica Digital/PL
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