Tel Aviv justificó la operación con el secuestro del soldado Gilad Shalit, pese a criterios coincidentes en el sentido de que ya estaba planeada.
La invasión fue aprobada por el primer ministro Ehud Olmert y su titular de Defensa, Amir Peretz, quienes ordenaron la agresión con el supuesto de liberar al rehén, capturado el pasado domingo.
Existen dudas de que las tropas encuentren al uniformado en una región con una densidad poblacional de 1,4 millones de personas bastión del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), lo que equivale a buscar una aguja en el proverbial pajar.
La operación Lluvias de verano está en su etapa inicial, puede intensificarse y sólo concluirá después que sea liberado el soldado prisionero, aseguraron fuentes oficiales israelíes, lo cual dejaron entrever que la escalada proseguirá.
El avance del ejército invasor no ha causado víctimas hasta el momento, aunque sí grandes daños materiales.
Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), llamó a la comunidad internacional a detener la agresión y la calificó de crimen contra la humanidad y castigo colectivo contra el pueblo de la Franja de Gaza.
En tanto, Hamas consideró la embestida injustificada y de locura, responsabilizó a Israel por los daños humanos y materiales que ocasione y auguró importantes consecuencias.
Los Comités de Resistencia Popular reivindicaron el rapto y exigieron a Tel Aviv canjear al militar por las mujeres y los menores de 18 años palestinos presos en cárceles de Israel sin instrucción procesal.
La propuesta fue rechaza por Olmert, quien afirmó que la liberación de los reclusos no está en la agenda de su gobierno y amenazó con aplicar medidas extremas.
Hamas, por otro lado, afirmó que el canje de prisioneros es habitual entre beligerantes.
El argumento del Gabinete israelí para invadir Gaza es rescatar al rehén, pero eso fue puesto en dudas por observadores.
El pasado 21 de junio un analista militar, que prefirió el anonimato, reveló al periódico Yediot Ahronot los planes para acometer una ofensiva militar a gran escala.
Añadió el experto que las primeras dos fases de la operación se cumplieron y una tercera, la invasión terrestre, estaba por completarse.
La primera etapa consistió en ataques sistemáticos de desgaste de la artillería contra la Franja y, una segunda, en plena escalada, en incrementar agresiones contra activistas de la resistencia.
Este último método, empleado a discreción por Israel, causó en junio alrededor de una treintena de muertos, incluidos niños y mujeres, al ser alcanzados por misiles aire-tierra.
La fuente aludió a distintos escenarios y la posibilidad de que el ejército israelí penetrara varios kilómetros en el interior del territorio palestino, lo cual quedó corroborado.
Por esa fecha, de manera coincidente, emisoras israelíes denunciaron que el ejército desplegó un elevado número de tropas al noreste de las localidades de Beit Hanun y Beit Lahí e incrementó los vuelos de aviones y helicópteros de combate.
La invasión militar de Gaza parece tener más intenciones políticas que castrenses, porque apoyará la decisión unilateral de Olmert de crear nuevas fronteras, impedirá la continuidad de las negociaciones bilaterales y la aplicación de los acuerdos interpalestinos.
Por: Juan Carlos Díaz Guerrero de Pensa Latina, especial para Crónica Digital
Santiago de Chile, 28 de junio 2006
Crónica Digital
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