En un comunicado, la organización manifestó que «a 18 años del plebiscito que pusiera fin a la dictadura, Chile sigue en deuda con su democracia». Mientras «la exclusión política siga estando enraizada en la base de la institucionalidad, la transición no se habrá completado», subrayó.
«La forma en que se constituye el poder legislativo no representa la diversidad real del país. La ostensible desproporción existente, que sobrerrepresenta a los 2 bloques que hoy acceden al Parlamento, en desmedro de otras sensibilidades, desmorona la credibilidad de la Cámara y el Senado, y mancilla el sentido mismo de la democracia. Hoy Chile sigue a expensas de un sistema electoral excluyente y que falsea la representación del pueblo en el Congreso», acusó.
Respecto a la proposición de RN, indicaron que «nos parece, de plano, rechazable, ya que resulta del todo insuficiente, en tanto el perfeccionamiento al sistema que se sugiere no altera la falsa representación de la derecha en el Parlamento, sino que sólo permite, mediante parches redistributivos, que una tercera fuerza, hoy excluida, pueda acceder a una mínima cantidad de escaños».
«El fin de la exclusión no pasa necesariamente por compensar única y exclusivamente al Partido Comunista. Pretender que sólo una colectividad es victima de la ley binominal es reducir la crisis de representación y legitimidad del sistema a un mero asunto de escaños más escaños o menos», puntualizaron.
La superación del sistema binominal, agregaron, «debe apuntar a resolver la desproporción y la falsa representación que está genera, a nivelar la representatividad y valor del voto de los chilenos rediseñando los distritos, y aumentando el número de diputados y senadores. Esto debe ir acompañado de reformas al sistema de inscripción y votación, a ley orgánica de partidos políticos y a los reglamentos de las Cámaras».
«El creciente grado de movilización social da cuenta de una democracia que aún no es capaz de encausar los problemas de la sociedad. Un Parlamento ineficaz, un Gobierno timorato y una Concertación con profundas contradicciones y conflictos de liderazgo están profundizando las condiciones para que el descontento ciudadano se exprese con mayor fuerza y masividad, apuntando cada vez más al origen de los problemas», manifestaron.
Al respecto, «el movimiento estudiantil secundario inauguró en el Chile de hoy una forma de abordar los conflictos sociales que, creemos, debe ser imitada por el resto de las sensibilidades. A estas luchas, se irá sumando la convicción de que la piedra de tope del avance de las reivindicaciones sociales está radicada en un Parlamento excluyente, el mismo que el sistema electoral vigente permite y promueve».
«La superación de la exclusión y la sobrerrepresentación pasan por poner esto en manos de la gente, a través de un plebiscito que obligue política y moralmente a aceptar el veredicto popular, porque ya no se resiste más la existencia del sistema»,
concluyeron.
Santiago de Chile, 5 de octubre 2006
Crónica Digital , 0, 125, 3