Las farmacias online ilegales son el mayor desafío para las autoridades sanitarias: para conseguir drogas ahora sólo es necesario una computadora, acceso a Internet y una simple tarjeta de crédito.
Pese al criterio imperante que responsabiliza a Sudamérica por la existencia del narcotráfico, más de 60 países han denunciado que en sus territorios ingresan enervantes mediante el tráfico cibernético proveniente del Primer Mundo.
A través de la web habitualmente se venden miles de millones de dosis de narcóticos controlados y sustancias psicotrópicas, que actúan en la mente, entre ellas ciertos opioides como la oxicodona, un equivalente de la morfina.
En la lista también figuran estimulantes (anfetaminas) y benzodiazepinas (alprazolam y diazepam), el fentanil (mucho más fuerte que la morfina) y el secobarbital, que plantean riesgos mortales cuando se consumen sin supervisión médica adecuada.
«Realmente están tomando el lugar de los traficantes tradicionales de drogas,» dijo Hamid Ghodse, presidente del Consejo Internacional de Control de Narcóticos, en el lanzamiento del Informe Anual 2004 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
Esos peligros se agravan cuando los productos farmacéuticos son de calidad cuestionable e «incluso en algunos casos las drogas están falsificadas».
De acuerdo con autoridades sanitarias estadounidenses citadas en el diario La Opinión de Los Angeles, uno de cada 10 medicamentos que se venden en el mundo es falso.
A veces no tienen ningún efecto, pero en el peor caso pueden causar hasta la muerte. Las falsificaciones representan un 10 por ciento del mercado total mundial y una ganancia de 32 mil millones de dólares anuales para los traficantes.
Tal es el caso del GHB (éxtasis líquido), utilizado históricamente como anestésico contra el insomnio, y prohibido desde la década de los 90 en Norteamérica y otros territorios.
Se ha comprobado que en los últimos tiempos esas ampollas (muy populares en clubs y discotecas populares) contienen Butanodiol, un dañino disolvente industrial.
El GHB (la gamma-hidroxibutirato) es un depresor del sistema nervioso central consumido, en general, por jóvenes. Se produce cada vez más en Estados Unidos con ayuda de Internet, donde se ofrecen precursores y el conocimiento necesario para su elaboración.
Debido a sus propiedades sedantes, se considera una droga ideal para facilitar el asalto sexual de las personas que la ingieren, mezclada con comidas o bebidas sin conocimiento previo.
En relación con la marihuana, la droga más consumida en el planeta, ciertos websites se encargan de la venta de semillas e instrumentos para su cultivo; y ofrecen información detallada sobre los métodos empleados para fumar e inhalarla.
El informe de la Junta, difundido este 2 de marzo en Viena, no pudo obviar el caso de Estados Unidos (mercado estimulante de la producción y el contrabando), donde hasta «el abuso de medicamentos de venta con receta es al parecer un fenómeno que va en aumento».
Los remedios más populares que se venden a través de la web son analgésicos, ciertos antidepresivos o las famosas píldoras contra la impotencia.
Pese a los enormes esfuerzos para combatir la droga, América del Norte es el mayor mercado de consumo de esas sustancias ilícitas, que no sólo se importan, sino que se trafican y fabrican a gran escala en la propia región.
Esto sucede pese a que los estados que conforman la zona (México, Estados Unidos y Canadá) «dedican una gran cantidad de recursos» para afrontar el problema, «tanto dentro de su territorio como allende fronteras», destaca el documento.
El año pasado, Sandro Calvani, representante en Colombia de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito, informó que una investigación de las farmacias norteamericanas permitió establecer que casi el 90 por ciento de los pedidos online estaban relacionados con sustancias sometidas a fiscalización internacional.
En diciembre del 2003, unas 300 personas fueron detenidas en Estados Unidos (el mayor consumidor del mundo) por pertenecer a redes de narcotráfico que vendía drogas por Internet.
También desde Europa se ha reportado un aumento considerable de los envíos postales de medicamentos ilícitos que contienen sustancias psicotrópicas encargados por la red.
En Suiza, donde existen ya más de 400 tiendas que venden productos y derivados del cannabis, se cultivan entre 300 y 500 hectáreas para la producción de cáñamo y se producen entre 50 y 200 toneladas anuales de marihuana.
Un informe de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción en España destacó en febrero que el 81,5 por ciento de la población de ese país valora de fácil o muy fácil conseguir drogas.
Tan sólo un 1,9 por ciento dijo que era difícil, mientras que en una encuesta realizada en 1998 lo creía el 3,4 por ciento.
La JIFE reveló que Europa mantiene su categoría de principal productor y traficante de drogas sintéticas en el mundo, el mayor productor de éxtasis, el segundo mercado para la cocaína después de América del Norte y un importante productor y consumidor de cannabis.
«Hoy es posible recibir droga desde cualquier lugar del mundo. Se hace un pago vía tarjeta de crédito y se recibe a domicilio», asegura el jefe de la Secretaría de Lucha contra la Drogadicción y el Narcotráfico de Argentina, Wilbur Grimson.
Sin embargo, la labor de fiscalización de las farmacias electrónicas resulta una tarea compleja porque funcionan en todo el mundo y pueden y suelen trasladar su negocio cuando se refuerzan las operaciones de represión antidroga en un país determinado.
Y por si fuera poco, los vendedores de drogas en Internet logran evadir la cárcel debido a que gran parte de los países no cuentan con legislación para los crímenes cibernéticos.
*Carmen Moreno es peridista de la Redacción de Sudamérica de Prensa latina. Colaboradora de Crónica digital.
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