En una declaración «extrajudicial», no conocida hasta ahora públicamente, Osvaldo Romo responsabilizó al ex gobernante por el operativo y llamó al ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), general (r) Manuel Contreras, «a dar la carta».
El represor, más conocido como «el Guatón Romo» por su gordura, se encuentra preso en Punta Peuco, donde espera le apunten una pierna por afectaciones diabéticas. Actualmente trabaja en escritos que pretenden se transformen en «sus memorias».
A través del montaje de ese operativo, la dictadura quiso hacer creer que 119 personas a las que sus familiares estimaban como detenidos desaparecidos, habían en realidad salido clandestinamente a Argentina.
La «leyenda» preparada por la DINA presentó a las víctimas -todos miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)- como muertos en el vecino país en enfrentamientos con fuerzas militares, o como asesinados entre ellos mismos por vendettas políticas.
«Esto fue un chiste mal contado, un montaje», afirmó Romo en su declaración «extrajudicial», en la cual se refiere exclusivamente a la Operación Colombo, por la cual Pinochet fue procesado en noviembre pasado, y fichado un mes después.
El ex agente, que salió a Brasil en octubre de 1975 en funciones de este operativo, dijo que uno de los «involucrados» en el montaje fue «el propio Presidente de Chile de la época», refiriéndose al ex dictador.
En forma tajante, expresó que el ex director de la DINA Manuel Contreras, y quienes fueron sus lugartenientes como jefes de los distintos cuarteles, «son los responsables de aclarar a la opinión pública».
«Ellos, empezando por Contreras, deben salir al frente, asumir la responsabilidad histórica y decir dónde fueron muertos y eliminados los 119 prisioneros», sostuvo el ex represor.
Romo manifestó que «el o los militares que montaron» este operativo no supieron hacerlo, porque nunca 119 presos que estaban arrestados en Londres 38 (donde funcionaba un centro de torturas de la dictadura) tenían condiciones de movilizarse ni siquiera cinco kilómetros».
El ex agente reconoce que de las personas que aparecen en la lista, «más o menos, el 60 o 70 por ciento de ellas fueron arrestadas por mí con mi grupo (Halcón), pero especialmente por mí».
Sostiene también que estos opositores nunca pudieron salir de Chile porque efectivamente se encontraban detenidos en distintos cuarteles, como Londres 38, «y no tenían condiciones de salir ni andar dos pasos».
El «Guatón» exculpó de responsabilidad en este operativo a los agentes que detuvieron a las víctimas, incluyéndose él, «porque yo no podía llevarme los presos para mi casa, yo no tenía cárcel en mi casa».
En otro plano, Romo dice respecto de los juicios por violaciones de los derechos humanos que «lo que molesta es que trabajaban dos mil funcionarios (en DINA), pero siempre son procesados cuatro o cinco personas y los otros se soban la guata (barriga) gozando».
El ex agente recluido en la cárcel de Punta Peuco, está aquejado de varias complicaciones de salud debido a una diabetes, y arriesga la amputación de una pierna. Ha manifestado en privado que sabe que la muerte le ronda, por lo que tiene el deseo de escribir sus memorias.
Recientemente sorprendió en estos escritos por sus expresiones dirigidas a militantes y dirigentes del MIR desaparecidos, a través de las cuales alaba sus destrezas y entrega militante, invocando su comprensión para él.
Santiago de Chile, 1 marzo 2006
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