Jorge Insunza, jefe de la comisión de Relaciones Internacionales del Partido Comunista, resaltó que «con un repugnante cinismo» el gobierno norteamericano pretende descalificar a Caracas «por presunta intervención en los asuntos internos de otros países latinoamericanos».
«La experiencia de nuestros pueblos y, por cierto, también de los pueblos de otros continentes, es que la potencia mas interventora y agresiva es precisamente la que hoy dirige el señor (George W.) Bush», subrayó el dirigente comunista en una declaración pública.
Venezuela aspira a ocupar el puesto que dejará vacante Argentina a fines de este año, en representación del grupo de países de América Latina y el Caribe, que dispone de dos escaños en ese órgano de Naciones Unidas.
El otro postulante es Guatemala, candidato levantado por Estados Unidos para tratar de bloquear al gobierno del presidente Hugo Chávez, a quien acusa de ser «el principal peligro para la democracia en la región».
«Lo que está en juego en esta situación es de gran envergadura, porque Washington pretende asegurar una mayoría dócil en el Consejo de Seguridad que de luz verde a sus agresiones armadas en cualquier oscuro rincón del mundo», advierte la declaración.
En este contexto, Insunza calificó como «penosa» la «dócil subordinación de ciertos personeros políticos chilenos», en alusión a sectores dominantes de la Democracia Cristiana -principal partido de gobierno- a los criterios que defiende la Casa Blanca.
Recordó que dirigentes de esa agrupación han emitido «desafortunadas» declaraciones centradas en la descalificación personal del presidente Chávez para forzar a la presidenta Michelle Bachelet «a aceptar el veto impuesto por el imperio».
Denunció en particular «la maniobra para que emerja un candidato de consenso que logre el objetivo de fondo que es impedir que Venezuela acceda al Consejo de Seguridad, a la cual se ha prestado el canciller chileno Alejandro Foxley».
La declaración resalta, en cambio, la loable actitud del senador democristiano Jorge Pizarro y otros políticos de ese partido que han rechazado lo que llaman «la demonización del presidente Hugo Chávez», y puesto de relieve su vocación latinoamericana e integracionista.
Aseveró que quienquiera que asuma con sentido independentista la decisión que deben adoptar los gobiernos de la región «no pueden sino rechazar de plano las presiones en curso», como ya lo han hecho Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y la mayoría de los caribeños.
Insunza recuerda a La Moneda que el gobierno bolivariano ha tenido una actitud impecable en sus relaciones con Chile y mencionó en tal sentido el decisivo apoyo que brindó el presidente Chávez y su gobierno a la elección de José Miguel Insulza como Secretario General de la OEA.
Estados Unidos en cambio -dijo- «se jugó a fondo» para impedir esa designación y trató de bloquearla con dos candidatos sucesivamente: primero el ex presidente salvadoreño Francisco Flores y luego el canciller mexicano Ernesto Derbez.
La postulación venezolana ha generado un fuerte debate en el país. Mientras conservadores dentro y fuera del gobierno presionan por el veto, el denominado progresismo oficialista -que integran socialistas, pepedistas, radicales y una minoría democristiana abogan por el sí.
Bachelet, en tanto, ha tratado de restar dramatismo a la controversia, destacando que la política exterior la dirige la presidenta de la República, quien llegado el momento (en octubre próximo) decidirá en función de los intereses de Chile.
Santiago de Chile, 23 de junio 2006
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