La dolencia se ha constituído en la tercera causa de muerte por enfermedad neoplásica en la población masculina, después del cáncer de estómago y el pulmonar.
Precisaron que la mortalidad por esta causa ha aumentado progresivamente llegando en los últimos años a producir de 1.200 muertes anuales, añadiendo que es un grave problema de salud pública. Entre los factores de riesgo a considerar se encuentra especialmente la edad.
Se estima que al llegar a los 50 años, cerca de uno entre cuatro hombres tiene células cancerosas en la glándula próstata. La incidencia aumenta en cada década posterior, porque más de un 80% de hombres con un diagnóstico de cáncer son mayores de 65 años.
La edad promedio de diagnóstico son los 72 años, pudiéndose inferir que, con el envejecimiento de la población, el problema será cada vez mayor.
Algunas de las características distintivas del cáncer a la próstata son la alta incidencia, dado que en estudios de autopsia se encuentra un cáncer prostático en más del 70% de los hombres en la octava década de la vida; y presenta un crecimiento lento, ya que un cáncer localizado tardará más de cinco años en dar metástasis y más de 10 en provocar la muerte del enfermo por esta causa.
Explicaron que la próstata es parte del sistema de reproducción masculino, y produce el semen, líquido que acarrea la esperma.
«Se encuentra bajo la vejiga y frente al recto. El cáncer de la próstata empieza en la glándula de la próstata, hace que las células del cuerpo cambien y crezcan fuera de control. La mayoría de los tipos de cáncer forman un bulto o crecimiento llamado tumor. Si existe un tumor canceroso en la próstata, el afectado puede ignorarlo», dijo Juan Tosso.
La impotencia, la incontinencia urinaria y la muerte son los principales miedos que surgen frente al cáncer de próstata.
«Los hombres con historia familiar de cáncer prostático tienen un riesgo aumentado de enfermedad comparado con hombres sin esta historia. Así, en familiares de primer, segundo y tercer grados, el riesgo relativo de desarrollar este cáncer aumenta un 18%, 11% y 2.5%, respectivamente».
SIN SINTOMAS
El problema con la detección de este cáncer es que a menudo no produce síntomas en su fase más temprana. Por esta razón, aproximadamente el 40% no es diagnosticado hasta que se encuentra expandido más allá de la glándula.
Entre los síntomas recurrentes están la necesidad repentina de orinar, dificultad para empezar a orinar y dolor mientras se orina.
Asimismo, se produce un débil flujo de orina, inicio y detención del flujo de orina, se orina frecuentemente durante la noche, sangre en la orina, eyaculación dolorosa, dolor general en la espalda baja, y pérdida de apetito y peso.
Dijeron que no existen formas de garantizar que una persona no desarrollará cáncer a la próstata, pero los médicos recomendaron limitar el consumo de los alimentos ricos en grasas y preferir las frutas, vegetales y fibras para disminuir los riesgos.
Se recomienda alimentos como tomates, uvas y melones que contienen antioxidante (lycopenes) que disminuye el riesgo de este cáncer. También el ajo, broccoli, bruselas, repollo y el coliflor se estima ayudan en el mismo sentido.
Del mismo modo, el ejercicio regular ayudaría a reducir los riesgos de cáncer, incluyendo el que afecta a la próstata. Para un hombre de la tercera edad, es clave mantenerse físicamente activo.
Aconsejaron a los hombres mayores de 50 años realizarse un examen anual, incluyendo uno de sangre para medir el APE (el antígeno prostático específico) y el examen digital de la próstata. Aquellos que tienen antecedentes de un familiar directo con el cáncer a la próstata, deben comenzar a los 45 años.
Santiago de Chile, 6 de agosto 2006
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