La soledad del poder es una enfermedad que ha acompañado a los cuatro gobiernos concertacionistas. En estos 16 años los mandatarios han tenido que recurrir a gestiones autoritarias y presidencialistas para alcanzar sus objetivos dado que los partidos de la coalición siempre han privilegiado sus propias agendas por sobre las prioridades de La Moneda. Por tanto, materializar el concepto Gobierno Ciudadano es imposible.
En este escenario, las cuentas pendientes que cada partido oficialista tiene con sus aliados pesan en la gestión del Gobierno. La DC acusa al PS de responsabilizar al ex ministro, Andrés Zaldívar, de los errores que se incurrieron en los primeros cuatro meses de gestión. Sin embargo, a nadie le ha llamado la atención que la Mesa Directiva DC no defendiera la permanencia del ex senador en el cargo. Quizás, porque Zaldívar no forma parte del llamado gutismo o porque en estos 124 días de gobierno la estrategia de la Democracia Cristiana ha sido tomar distancia y abrir sus relaciones más allá de la Concertación, especialmente con Renovación Nacional con quienes ya han materializado reuniones políticas. Soledad Alvear tiene claro que acompañar a Michelle Bachelet significaría renunciar a sus aspiraciones presidenciales y no esta dispuesta a hacerlo.
Por su parte el PPD no tuvo problema en tomar distancia de la ex titular de economía, Ingrid Antonijevic, para alivianarse del costo político de su salida. Es más, el comportamiento de este sector era previsible. La máxima utilizada por los pepedé es si los cuestionados no son parte del clan Corleone como los calificó el mismo Jorge Schaulsohn en la pasada edición de Revista Capital (edición N° 184), el Partido Por la Democracia hace la pérdida rápidamente.
No hay que olvidar que la tienda de Sergio Bitar es el resultado de la unión de partidos unipersonales. En él conviven liberales de derecha y desencantados de centro izquierda, bajo la nomenclatura de progresistas, donde la política tiene una débil línea que la separa con los negocios. Para ellos, el concepto de democracia se sostiene en tres fundamentos: validar como único mecanismo de representación el Congreso, los partidos políticos como escenario medial de sus máximos dirigentes (léase los Corleone) y las encuestas de opinión pública.
En el caso del Partido Radical Social Demócrata (PRSD) y el Partido Socialista el cambio de gabinete es sin duda una oportunidad. El conglomerado de José Antonio Gómez ya anunció la necesidad de extender el sobre azul a algunos intendentes y subsecretarios con la secreta esperanza de aumentar su representación en cargos de gobierno. En este punto, en boca del propio Belisario Velasco, el Ejecutivo deja abierta la puerta para las llamadas compensaciones políticas. Es de esperar que en las próximas semanas los enroques y renuncias continúen al interior del Gobierno.
Las cuentas pendientes al interior de la Concertación demuestran que el conglomerado oficialista tiene fatiga de material al carecer de un proyecto político de largo plazo dando con ello espacio para que el lado oscuro de la fuerza comience a florecer. Si las críticas, difundidas el 17 de julio en radio Zero, por Jorge Schaulsohn, son el reflejo de lo que piensan y no dicen públicamente los líderes de la Concertación, cuando recomienda a Michelle Bachelet que debe priorizar el crecimiento económico por sobre los temas de redistribución del ingreso.
Sin duda es un llamado de alerta que la derecha concertacionista les esta enviando a sus socios de alianza ya que ellos no están dispuestos a desarmar un modelo económico y político que les acomoda: el libre mercado, instalado por la Dictadura y continuado y perfeccionado en estos últimos 16 años, y una democracia con traje a la medida que defienda el poder económico.
Por otro lado Schaulsohn dice, a través e la Revista Capital, cuando aborda el concepto de gobierno ciudadano que es un concepto que no sirve para gobernar, porque se transforma en una invitación a los grupos de presión a salir a la calle para tratar de controlar y secuestrar la agenda pública, que es un poco lo que ha pasado.. El gobierno ciudadano no existe y mientras antes se abandone o se redimensiones como concepto, para dejarlo solo como voluntad de mayor participación mejor. Frente a las palabras de este influyente concertacionista, que nos queda por decir Presidenta: con amigos como estos es mejor tener enemigos.
Por: Javier Alfaro-Mendez.
Santiago de Chile, 21 de julio 2006
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