Guillermo Teillier, presidente de esa colectividad, advirtió que Chile se está quedando de mero espectador como resultado de una ambigua política exterior, todavía demasiado atada a las presiones del gobierno norteamericano.
«Al gobierno le falta decidirse a participar de la integración regional, porque hasta ahora sólo lo hacemos desde fuera, no somos parte, porque todavía estamos demasiado atados a las presiones y tratados bilaterales con Estados Unidos», puntualizó.
El dirigente comunista valoró la voluntad expresada por Bachelet de avanzar hacia la integración regional y la instalación de un diálogo sin exclusiones con Bolivia, en donde han estado presentes el tema del gas y también marítimo.
Sin embargo, dijo que ya es hora de pasar de las intenciones a los hechos y eso significa entrar a ser parte de los acuerdos energéticos que podrían ayudar a solucionar el grave problema de dependencia energética que existe en el país.
Recalcó que el Gobierno debe avanzar decididamente hacia la integración Latinoamericana en función de los intereses nacionales «superando posiciones ambiguas o de franca sumisión a Estados Unidos», que ha sido la característica de la política exterior de Chile en los últimos años.
En ese contexto, Teillier criticó lo que calificó de «una posición distante» respecto a Venezuela, que se pone de manifiesto en la indefinición del gobierno en torno a la candidatura de Caracas, que es apoyada por todos sus vecinos de la región.
«Por presiones de Estados Unidos, Chile mantiene una posición distante de Venezuela y está dudando si la apoya o no en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y más bien la cancillería se ha inclinado por buscar un tercer país», recalcó.
Señaló que esa posición significa en la práctica decirle No a Venezuela y a los países que impulsan su postulación, para «quedar en una solitaria posición de funcionalidad al interés de Estados Unidos, que busca bloquear a toda costa su candidatura.
Recordó que Caracas es el mayor productor de petróleo de América Latina y uno de los países con mayores reservas en el mundo, lo que le permite encabezar un acuerdo energético con Argentina, Brasil, Panamá y Colombia, a pesar de que no con todos existe afinidad ideológica.
Sin embargo, dijo que Chile aún no forma parte de esos acuerdos y puede quedarse definitivamente fuera si no opta por una posición más decidida al respecto.
Teillier subrayó que el presidente Hugo Chávez «está entregando prácticamente a todos los países del caribe petróleo a un precio estable y conveniente, mientras que nosotros seguimos dependiendo del vaivén de los precios norteamericanos».
El líder comunista insistió en la necesidad de buscar un arreglo definitivo a la meditarreneidad de Bolivia de modo que le permita al país comprar gas en ese país. «En este sentido nos sumamos al llamado de la Cumbre de los Pueblos que exige mar para Bolivia», aseveró.
En un referéndum efectuado en 2004, los bolivianos decidieron que un negocio de gas natural con Chile, país deficitario en energía, sólo sería posible mediante un acuerdo que conlleve a una salida soberana al mar, arrebatada por ese país en la Guerra del Pacífico (1879-1884).
Al término de su visita a Argentina, donde sostuvo un encuentro con el presidente Evo Morales en el marco de la Cumbre del Mercado Común del Sur, Bachelet dijo que habló con su par boliviano sobre «proyectos energéticos en común», no específicamente de gas natural.
Bolivia, que posee la segunda reserva de gas natural de Sudamérica, después de Venezuela, exporta actualmente el producto a Brasil y Argentina, en un negocio que alcanzará este año un valor de aproximadamente mil 500 millones de dólares.
Santiago de Chile, 23 de julio 2006
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