La empresa, que lidera la anglo-australiana BHP Billiton, decidió la víspera romper definitivamente el diálogo que sostenía con el gremio para la firma de los nuevos contratos colectivos y apeló al uso de personal reemplazantes para sustituir a los movilizados.
Dirigentes sindicales acusaron a la firma de enviar cartas a los mineros para ofrecerles contratos en forma individual, al margen del proceso de negociación colectiva que tuvo lugar hasta el pasado domingo, con la mediación del gobierno.
Luis Troncoso, presidente del sindicato que agrupa a dos mil 52 trabajadores -el 97 por ciento de la dotación laboral de la empresa- anunció que estudian una querella judicial contra la compañía por el uso de prácticas antisindicales.
En un esfuerzo por retomar el diálogo, los trabajadores presentaron la víspera una propuesta que rebaja del 10 al ocho por su ciento su demanda de reajuste salarial y de 16 a 10 millones de pesos (unos 19 mil dólares) el valor del bono por término de conflicto.
Pero la empresa dijo que no presentará nuevas ofertas y dio por terminado el diálogo, sabiéndose protegida por una ley chilena que la libera de la responsabilidad de acudir a una negociación colectiva transcurridos los primeros 15 días de huelga.
«La negociación terminó. Las propuestas son del conocimiento público y si hay alguien que quiera conversar estamos dispuestos a hacerlo», afirmó categórico Pedro Correa, gerente de Asuntos Externos de la empresa.
El directivo aseguró que aunque no han recibido a trabajadores que estén dispuestos a negociar en forma independiente el nuevo contrato de trabajo, la ley los faculta para reanudar la actividad minera cuando se cumplan los 15 días de huelga, plazo que comenzó a regir desde ayer.
Troncoso insistió, sin embargo, que los trabajadores están siendo presionados y amenazados por la empresa para que se «descuelguen» del sindicato y negocien de modo individual o se arriesgarían a ser despedidos.
La última oferta de la empresa consistía en dos variantes: una por un contrato de tres años, con un reajuste salarial del cuatro por ciento, y la otra por cuatro años, en el que se añadía un incremento del 1,3 real adicional en el último tramo.
En el caso de los bonos, si la negociación se establecía en 3 años se entregaban 12,5 millones de pesos (unos 23 mil dólares), entre ellos un préstamo sin intereses de tres millones; mientras que en la segunda variante eran 17 millones (32 mil dólares), con un préstamo de cuatro.
Las demandas de los trabajadores buscan equiparar sus salarios con la nueva situación del mercado internacional del cobre, donde el metal rojo se está cotizando entre 3,40 y 3,60 dólares la libra.
Desde el 2003, cuando el valor estaba a 0,66 dólares, los mineros de Escondida mantienen inalterable sus ingresos, mientras la empresa ha multiplicado varias veces sus utilidades.
Solamente en los primeros seis meses de este año, la transnacional -que produce más del 20 por ciento del cobre nacional y el ocho mundial- obtuvo dos mil 918 millones de dólares de ganancias, tres veces más que las generadas en igual período del 2005.
Santiago de Chile, 23 de agosto 2006
Crónica Digital , 0, 99, 12