SOLIDARIDAD CRISTIANA DESDE CHILE POR LOS 5 CUBANOS PRESOS EN EE.UU.

El gobierno de Estados Unidos prohíbe a su esposa y a su pequeña hija Ivette visitarlo. Fernando González Llort fue condenado injustamente a 19 años de prisión. Antonio Guerrero Rodríguez fue condenado injustamente a cadena perpetua, más 10 años.

Ante esta grave situación y como cristianos comprometidos con el Dios de la Vida y la causa de la Justicia, desde Chile entregamos toda nuestra solidaridad para con los 5 patriotas cubanos detenidos hace 8 años en Miami y, nos sumamos a la Campaña Mundial por su pronta libertad y regreso a sus casas en Cuba.

Somos unos convencidos de que la labor de estos 5 ciudadanos cubanos en los EE.UU. era, justamente, para evitar actos de violencia y terrorismo en contra de su Patria. Por lo tanto, los Tribunales norteamericanos deben proceder en derecho y no someterse a las fuertes presiones que vienen de la Casa Blanca misma.

Ofrecemos, para una mejor comprensión humanitaria del caso, el testimonio de estos hermanos que sufren la persecución y la privación de su libertad. Instamos a los cristianos y personas de buena voluntad a adherirse activamente a esta Campaña Mundial por su liberación y la Paz que todos merecemos.

Obispo Metodista Isaías Gutiérrez, Padre José Aldunate, Fabiola Letelier, Mónica Echeverría, Miguel Salinas, Marco Enríquez, Sergio Aguiló, Luis Veloso, Carlos Martínez, Juan Subercaseaux, Raúl Ramírez, Carlos Donoso, Jaime Escobar.

Revista Ecuménica “Reflexión y Liberación”
Mensaje de los Cinco al pueblo de Estados Unidos

«Cinco cubanos leales a su pueblo, que durante 33 meses y 5 días hemos soportado el riguroso encierro en las celdas de una prisión de otro país cuyas autoridades son hostiles al nuestro, y donde hemos sido juzgados después de un largo y escandaloso proceso mediante procedimientos, métodos y objetivos de carácter absolutamente políticos y bajo un verdadero diluvio de propaganda malintencionada y fraudulenta, hemos decidido dirigirnos directamente al pueblo norteamericano para hacerle conocer que hemos sido víctimas de una colosal injusticia.

Se nos acusó de poner en peligro la seguridad de Estados Unidos, imputándonos numerosos cargos, e incluso delitos como la conspiración para asesinar los que, por su incuestionable falsedad, no fueron ni podrán ser probados, y por los cuales podemos ser sancionados a decenas de años de prisión y a cadenas perpetuas.

Un jurado constituido en Miami, y esto lo explica por sí mismo, nos declaró culpables de todos los cargos que se nos imputaban.

Somos patriotas cubanos que nunca tuvimos la intención de dañar los valores del pueblo norteamericano, ni su integridad; sin embargo, nuestro pequeño país, que heroicamente ha sobrevivido durante 40 años a agresiones y amenazas a su seguridad, a planes de subversión, sabotajes y a la desestabilización interna, tiene derecho a defenderse de sus enemigos, que utilizan el territorio norteamericano para planear, organizar y financiar actos terroristas violando las propias leyes internas que los prohíben.

Tenemos derecho a la paz, al respeto a nuestra soberanía y a nuestros intereses más sagrados.

Estuvimos en este país durante más de cuatro años y siempre nos preguntamos por qué no podemos vivir en paz ambos pueblos, por qué intereses mezquinos de una extrema derecha, incluidos grupos y organizaciones terroristas de origen cubano, pueden enrarecer la atmósfera entre dos pueblos, que por su cercanía geográfica están en posibilidad de mantener relaciones de respeto e igualdad.

En nuestros días de prisión hemos reflexionado sobre nuestra conducta en este país y reafirmamos la más profunda convicción de que con nuestra actitud y acciones no transgredimos ni pusimos en peligro la seguridad del pueblo norteamericano y sí contribuimos en alguna medida a descubrir planes y acciones terroristas contra nuestro pueblo, evitando la muerte de ciudadanos inocentes cubanos y norteamericanos.

¿Por qué es necesario que patriotas cubanos cumplan el honroso deber de proteger a su país, lejos de su familia y seres más queridos, teniendo incluso que postergar el disfrute de la convivencia diaria con su pueblo?

¿Por qué autoridades de Estados Unidos con su tolerancia permiten que se atente contra nuestro país; no investigan ni adoptan medidas contra los planes terroristas que Cuba ha denunciado, no evitan los numerosos planes de atentado contra nuestros dirigentes?

¿Por qué los autores confesos de estos y otros actos terroristas se pasean libremente por el sur de la Florida, como se evidenció en el desarrollo del juicio?

¿Quiénes fueron sus entrenadores y quiénes permiten sus planes? ¿Quiénes son los que verdaderamente perjudican la seguridad de Estados Unidos?

Son los grupos terroristas de origen cubano y sus mentores económicos y políticos norteamericanos los que erosionan la credibilidad de este país, los que dan a esta nación una imagen de salvajismo y a sus instituciones un comportamiento inconsecuente, prejuiciado y poco serio, incapaz de conducirse con cordura y sensatez ante los problemas que tienen que ver con CUBA.

Estos grupos y sus mentores se han organizado con vistas a influir para propiciar un conflicto entre ambos países. Promueven en el Congreso y en el Ejecutivo medidas y cursos cada vez más agresivos hacia Cuba.

Ellos quieren mantener actualizada la historia de invasiones, sabotajes, agresiones biológicas u otras similares. Luchan por crear situaciones que provoquen graves incidentes para nuestros pueblos.

Como resultado de estas agresiones en nuestro país, entre los años 1959 y 1999, se provocaron 3 478 muertos y 2 099 incapacitados, así como un elevado costo material.

Continúan desarrollando campañas de propaganda para distorsionar la imagen de Cuba en Estados Unidos y tratan de impedir con diferentes pretextos, mediante leyes y regulaciones, que los norteamericanos viajen libremente a Cuba y valoren la situación real del país. También obstaculizan la cooperación en temas de interés mutuo como la lucha contra la emigración ilegal y el tráfico de drogas que tanto afecta a la población estadounidense.

A ello se une la constante demanda de nuevos y mayores fondos del gobierno, que afectan a los contribuyentes, para financiar las actividades contra Cuba. Enormes sumas que se dedican a transmisiones radiales, de televisión y al financiamiento de sus súbditos en la Isla, van en detrimento de los recursos para afrontar problemas sociales que afectan a los propios ciudadanos norteamericanos.

Hay antecedentes recientes de la influencia y presiones que estos grupos ejercen sobre la comunidad en Miami, sus agencias gubernamentales, incluido el sistema judicial.

El mayor servicio que se le puede prestar al pueblo norteamericano es liberarlo de la influencia de estos extremistas y terroristas que tanto daño le hacen a Estados Unidos al conspirar contra sus propias leyes.

Nunca hicimos nada por dinero y siempre vivimos modesta y humildemente, a la altura del sacrificio que realiza nuestro pueblo.

Nos guió un fuerte sentimiento de solidaridad humana, amor a nuestra patria y desprecio por todo lo que no respete la dignidad del hombre.

Los acusados en esta causa no nos arrepentimos de lo que hemos realizado para defender a nuestro país. Nos declaramos totalmente inocentes. Nos reconforta el deber cumplido con nuestro pueblo y nuestra patria. Nuestras familias comprenden el alcance de las ideas que nos han guiado y sentirán orgullo por esta entrega a la humanidad en la lucha contra el terrorismo y por la independencia de Cuba.»

Santiago de Chile, 15 de septiembre 2006
Crónica Digital , 0, 352, 19

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FAMILIARES DE DETENIDOS DESAPARECIDOS PRESENTAN MILLONARIA DEMANDA CONTRA ESTADO

Vie Sep 15 , 2006
El pedido de indemnizaciones compensatorias por una cifra cercana a los mil millones de pesos (cerca de dos millones de dólares) fue tramitado ayer ante los tribunales por la abogada Julia Urquieta en nombre de las familias de Luis Dávida, Javier Sobarzo y Enrique Toledo. Los tres, que formaban parte de un centenar de detenidos desaparecidos cuyos restos fueron encontrados en 1990 en el Patio 29 del Cementerio General, fueron mal identificados por autoridades del SML y sus cuerpos entregados a familias equivocadas. Aunque existían elementos sólidos sobre los errores cometidos desde mediados de la década de los 90, no fue hasta abril pasado que las autoridades reconocieron la equivocación en al menos 49 casos, cuyos restos debieron ser devueltos por los familiares para nuevos peritajes La abogada Urquieta explicó que se exigen al Estado como compensación montos variables para viudas e hijos de los detenidos desaparecidos, que total se acercan a los mil millones de pesos. «Son montos variables, pero en general van entre 200 ó 100 millones por cada uno de los familiares. Son tres familias, cuyos cuerpos fueron identificados y, posteriormente, a sus familiares se les notificó que no correspondían», dijo Urquieta. La abogada subrayó que los errores significaron en el caso de muchos de ellos un tremendo dolor ya que hay familiares que están tremendamente afectados por esta situación. «Por eso creemos que el Estado debe reparar el daño causado», puntualizó la abogada. Rosa Zúñiga, viuda de Javier Sobarzo, manifestó su esperanza de que la Justicia ordene al Estado que «nos recompense en algo lo que hemos pasado moralmente». «Primero -dijo- por la desaparición por más de 17 años, y luego por hacerlos desaparecer nuevamente», enfatizó. Carlos Toledo, hijo de Enrique Toledo, por su parte, justificó la acción judicial por el hecho de que ellos sepultaron a sus deudos a raíz de los informes errados del SML. «Además, se nos entregó en el Registro Civil un certificado de defunción que también está mal hecho, por lo tanto, aquí hay daño y tenemos fe en que la Justicia va a actuar conforme a las disposiciones legales que asegura la Constitución», aseveró. Santiago de Chile, 15 de septiembre 2006 Crónica Digital/PL , 0, 102, 3

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