La proximidad del anuncio tiene muy nerviosa a la cúpula política, fuertemente golpeada en la distribución ministerial que hizo la ex ministra de Defensa, para la cual no fueron ni siquiera tomados en cuenta.
No resignados a la marginación, esperan compensación en el próximo botín, que incluye 30 subsecretarias, 13 intendentes, 52 gobernadores, 162 secretarias regionales, además de superintendentes, directores de servicios públicos y máximos ejecutivos de empresas estatales.
Una verdadera puja tiene lugar al interior de los conglomerados, especialmente por los 30 viceministerios y unos 50 cargos en el área económica, los más codiciados por el poder político que otorgan, pero también por las altas remuneraciones que representan.
Entre los más peleados están los del Interior, Hacienda, Economía, Trabajo, Obras Públicas, Transporte, y Previsión Social, sin descartar puestos de Servicios como Impuestos Internos, Presupuesto, Inversiones Extranjera y Comisión Nacional de Energía, entre otros.
De las 31 empresas del Estado las que más aspirantes tienen son la Corporación Nacional del Cobre (la mayor minera del mundo), el Banco Estado, Televisión Nacional, Empresa Nacional del Petróleo, Correos, Ferrocarriles, Metro, diario La Nación y unos 10 puertos.
Pero a juzgar por cómo se nombró al gabinete, temen que no funcione la lógica política de años anteriores: ministros de un partido, subsecretarios de otro, un equilibrio con que la futura gobernante no parece estar muy de acuerdo.
Hasta ahora, lo único concreto que conocen es que a partir del lunes 20, cuando los próximos ministros y la Presidenta electa estén en Santiago, después de sus vacaciones, se empezará a cerrar la plantilla de cargos.
Los partidos Socialista (PS) -al que pertenece Bachelet-, por la Democracia (PPD), Democracia Cristiana (DC) y el Radical Social Demócrata (PRSD) le hicieron llegar sus listas y para algunos nombres ella pidió currículum, según fuentes de su entorno.
De las subsecretarías, las de Hacienda y Economía son bien cotizadas. Muchos de quienes han pasado por ellas tomaron después cargos de relevancia en corporaciones transnacionales o en poderosos grupos económicos.
En Economía, aspiran con fuerza Alejandra Mizala (PPD), Pilar Romaguera (PS) y Verónica Barahona (DC), pero en Hacienda, donde el que llegue tendrá que definir la estrategia del financiamiento del plan social, no han circulado nombres específicos.
Para Codelco, que con un valor de 27 mil millones de dólares es con mucho la mayor empresa de Chile y una de las mineras más grandes del mundo, todos los partidos tienen, al menos, un candidato para ocupar su presidencia ejecutiva.
El preferido de Adolfo Zaldívar, abanderado de la DC, es Pedro Butazoni, mientras que el PPD y el PS aspiran a colocar una persona de sus filas (Sergio Bitar o Máximo Pacheco, el primero, y Jaime Estevez o Jaime Pérez, el segundo).
Para la Empresa Nacional del Petróleo, relevante en el gobierno porque intermedia en los precios del combustible y lidera los esfuerzos por conseguir autonomía energética, también los tres principales partidos tienen candidatos.
Por la DC aparece Criutián Nicolai; por el PPD Jorge Rosenblut, mientras en el PS consideran que el actual gerente general Enrique Dávida puede continuar, o asumir María Isabel González.
También muy codiciadas serán la presidencia de BancoEstado, la superintendencia de las AFP, la Alta Gerencia Pública, la Comisión Nacional de Energía, Corporación de Fomento y el Servicio de Impuestos Internos, entre otras.
Santiago de Chile, 14 de febrero 2006
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