La decisión deberá ser tomada el próximo 11 de octubre por el Consejo de Monumentos Nacionales a solicitud de Francisco Cuadrado Prats, nieto del general (r) Carlos Prats, ex comandante en jefe del Ejército chileno asesinado en Argentina junto a su esposa en 1974.
La casa es propiedad actualmente del Consejo Nacional de Protección a la Ancianidad (Conapran), entidad que después del sangriento golpe militar de 1973 ha estado vinculada a las esposas de los comandantes en jefe que ha tenido la Fuerza Aérea de Chile.
Uno de los temores de familiares y organizaciones políticas de izquierda, aunque no es el motivo principal, es que la antigua residencia sea demolida y convertida en uno de los tantos centros comerciales que abundan hoy en zonas residenciales de Santiago.
«Lo hice por mi abuelo y porque esta es una casa llena de historia, que fue adquirida en 1971 para ser la residencia de los Presidentes de Chile y así fue ocupada por Allende», afirmó el hijo de la actual embajadora de Chile en Atenas, Sofía Prats Cuthbert.
La residencia fue también bombardeada el 11 de septiembre de 1973 por la Fuerza Aérea golpista y luego saqueada por altos jefes castrenses, que se llevaron valiosas obras de arte, incluyendo pinturas de Miró, Guayasamín y Siqueiros, entre otras.
Recientemente, también por gestiones en las que participaron Cuadrado y la diputada Isabel Allende, fue recuperado el escudo ubicado en el ingreso de la casa que Allende encargó construir a la muralista Marie Martner, lo que se materializó en 1972.
Durante la presidencia de Conaprán a cargo de Elda Fornet, esposa del ex comandante en jefe de la Fach y miembro de la junta militar, general Fernando Matthei, el escudo fue cubierto con pintura.
Antes, piedras ágatas regaladas a la muralista por Pablo Neruda y que ésta utilizó para conformar la estrella del escudo, desaparecieron.
El 9 de mayo de 1975, el ex dictador Augusto Pinochet entregó en forma gratuita el uso de esta casa a Conaprán, mediante el decreto N 165. Si bien la entrega fue por 10 años, en 1980 otro decreto la donó a la entidad a perpetuidad.
Como la medida no ha sido revertida, el CONAPRAN podría, si así lo decide, vender la propiedad para cualquier fin, incluso para ser demolida y reemplazada por torres de departamentos u otros fines comerciales.
Una vez declarada monumento histórico, si es que el Consejo de Monumentos Nacionales lo aprueba, el Estado chileno tendría la primera opción de compra si de todas maneras el consejo decide vender o rematar la propiedad, que tampoco podría ser demolida.
Santiago de Chile, 3 de octubre 2006
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