En su primer año, la gestión del mandatario ratificó que podía mantener la estabilidad en el convulso país, cumplir sus compromisos con los movimientos sociales y desarrollar la debilitada economía de esta nación andina Confirmado el triunfo con casi el 54 por ciento de respaldo, el también líder del Movimiento al Socialismo (MAS) señaló que «los actuales son tiempos nuevos y el tercer milenio será de los pueblos, no del imperio», identificando así de manera temprana la línea política de su gobierno.
Desde los primeros días de esa administración, Morales precisó que la garantía de su éxito estaría dada por la presencia de los movimientos populares, aunque se declaró abierto a recibir la colaboración de legisladores de otros partidos que quieran trabajar por el cambio del país y a dialogar con todos los sectores.
Morales ratificó la voluntad de resolver los grandes problemas de las mayorías, cambiar el modelo económico y luchar contra el neoliberalismo.
En ese sentido, señaló que en 2006, en Bolivia apenas comenzaba a gestarse una nueva historia de igualdad, equidad y paz con justicia social, una tarea que no es solamente de los gobernantes y los parlamentarios, sino de las organizaciones sociales y de todo el pueblo.
El presidente se planteó, entre otros retos, acabar con la discriminación, el odio y el desprecio históricos contra los indígenas, :para vivir todos juntos en la unidad y la diversidad, cambiando el modelo neoliberal y acabando con el estado neocolonial».
Para ello subrayó que la victoria popular debía convertirse en un ejemplo en América Latina, porque #8220;necesitamos movimientos populares triunfantes aliados #8221; en la región, para reconstruir el Tahuantinsuyo (Imperio de los Incas) y la Patria Grande que soñó Bolívar.
También admitió que la estabilidad política era el gran desafío en un país que ha tenido más gobernantes que 180 años de independencia.
La desigualdad y la exclusión social son otros dos problemas ineludibles para el nuevo mandatario, en cuya nación los pueblos indígenas representan el 62 por ciento de la población.
En la condición de presidente electo, Morales realizó una intensa gira por Cuba, Venezuela, España, Francia, Bélgica, Holanda, China, Sudáfrica y Brasil, donde estableció acuerdos y ratificó los lineamientos de su gobierno Para el vicepresidente electo, Alvaro García, con la toma de posesión de Morales se iniciaba en Bolivia una revolución democrática dispuesta a cambiar el país de manera estructural y sin medias tintas, por ser ese el mandato del pueblo.
Algunos de los planteamientos del Jefe de Estado comenzaron a signar las primeras medidas gubernamentales.
«Queremos socios pero no patrones; las riquezas naturales son del pueblo boliviano», fue una de esas frases que identificaron después uno de los decretos trascendentales en la historia boliviana: la nacionalización de los hidrocarburos.
Morales también abogó por combatir el narcotráfico sin injerencia extranjera y despenalizar el cultivo de la milenaria hoja de coca.
De igual manera defendió la integración regional y ya en abril de 2006, desde La Habana, lanzaba la propuesta del Tratado de Comercio con los Pueblos (TCP) que complementaría la antes proclamada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
Para Morales, en enero de 2006 el país comenzó a escribir una nueva página, a partir de la confirmación de un Estado que busca el beneficio de todas las bolivianas y los bolivianos.
El presidente también reafirmó la idea de mandar en Bolivia obedeciendo al pueblo, una expresión de compromiso que puede marcar la diferencia con la democracia de pactos que olvidaban al ciudadano y al mandato popular.
Según diversos analistas, los movimientos sociales construyeron la nueva voluntad que hoy impone el cambio en Bolivia.
De ahí surgieron otros pasos en el proceso de transformaciones profundas, entre ellas la convocatoria de una Asamblea Constituyente, llamada a refundar el país a partir de la redacción de una nueva Carta Magna.
En ese sentido, el reto del MAS, según el propio Morales, es convertir en realidad la propuesta programática de la Bolivia Digna, Soberana y Productiva.
El nuevo patrón de crecimiento de la calidad de vida de los bolivianos se basa desde entonces en la nacionalización de los hidrocarburos, la solución del problema de la tierra y la lucha contra la corrupción.
También son ejes del gobierno proyectos sociales como la atención gratuita de salud y una campaña de alfabetización con la ayuda de Cuba y Venezuela que espera liberar al país de ese flagelo en 2008.
Por Mario Hubert Garrido. El autor es Corresponsal de Prensa Latina en Bolivia.
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La Paz, 7 de diciembre 2006
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