Los investigadores explicaron, en la reunión de la Sociedad Americana para la Biología Celular de la ciudad de San Diego, como para cultivar diferentes tejidos usaron una base de proteínas específicas (factores de crecimiento).
Toda vez que el tipo de proteínas sobre las cuales descansaban las células madre adultas de ratones programaba su desarrollo, estas pudieron de esa manera «escoger» en que tejido especializado se convertirían, si en hueso o músculo,
Las células madre o indiferenciadas, recuerdan los investigadores, tienen la capacidad potencial de convertirse en todos los demás componentes celulares del organismo, por lo cual son foco de interés de los científicos.
Con su ayuda, esperan, podrían curarse en principio multitud de afecciones como mal de Parkinson, Diabetes, degeneración de la retina, o acometer el tratamiento de heridas y quemaduras.
«Empleamos un portaobjetos de vidrio de 1 pulgada por 1 pulgada» dijo Jadlowiec Phillippi, autor del trabajo.
Sobre ella se colocó un cabezal similar al de las impresoras de inyección de tinta que fue ubicando cada grupo de células de manera similar a como se imprime un documento.
«Es como poner tinta en un papel -dijo el especialista-. «Es una impresión para que las células vivan, crezcan y se diferencien».
En dependencia de su ubicación, las células de rata se transformaron en músculos y huesos.
«Ahora estamos buscando fabricar cartílagos y células de grasa», explicó Phillippi.
No obstante el éxito del proceder, alertó, éste aun se encuentra muy lejos de su aplicación práctica, pues «no entendemos del todo qué patrones necesitamos para curar y cuáles para hacer daño».
Washington, 12 diciembre 2006
Crónica Digital
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