Estados Unidos, que mantiene un sofisticado y sostenido sistema de vigilancia mediante satélites y vuelos de aviones espías sobre territorio norcoreano, había alertado hace varias semanas de los preparativos para esas pruebas.
En respuesta a las advertencias estadounidenses, un portavoz de la cancillería norcoreana afirmó hace varios días que efectuar ensayos con misiles un derecho inalienable de todo país.
Cualquier país tiene el derecho inalienable a efectuar ensayos de misiles y nadie puede prohibir que la RPDC lo haga, dijo el vocero, según reportó la televisión en Pyongyang.
Pese a las críticas de antes y de ahora, la ejecución de una acción de tal naturaleza por parte de las autoridades norcoreanas es perfectamente comprensible como medida disuasoria en virtud del acoso militar, económico y político de Washington.
En un reciente artículo, el diario norcoreano Rodong Sinmung reiteró las denuncias sobre las crecientes presiones militares estadounidenses contra la RPDC.
El ejército y el pueblo de la RPDC han desplegado amplios preparativos para responder a un eventual ataque preventivo (de Estados Unidos) con un golpe aniquilador, dice el artículo, que no descarta el empleo por parte de Pyongyang de armas nucleares en defensa del país.
Después que Tokio y Washington confirmaran ayer los ensayos, la noticia se regó como pólvora y el habitual coro de críticas al gobierno norcoreano no se hizo esperar por parte de medios de prensa y países que habitualmente siguen las consignas de Estados Unidos en relación con la RPDC.
En Washington, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, calificó de provocación el lanzamiento de los misiles, y otro tanto hizo el asesor de seguridad nacional, Stephen Hadley.
El gobierno ruso también se sumó ayer a las críticas por intermedio del portavoz de la cancillería, Mikhail Kamynin, quien condenó las pruebas y consideró que complican significativamente el conflicto en torno al programa nuclear norcoreano, según reportó la agencia Interfax.
China, el principal aliado de Pyongyang, dijo estar «seriamente preocupada», de acuerdo con el jefe de los voceros del Ministerio de Relaciones Exteriores, Liu Jianchao.
Estamos seriamente preocupados por lo ocurrido, dijo Liu ayer en un comunicado, en el que urgió a las partes a mantener la calma y la moderación y hacer esfuerzos por promover la paz y la estabilidad en la región y evitar acciones que compliquen más la situación.
Según informó en Beijing la agencia Xinhua, el canciller chino, Li Zhaoxing, habló la víspera de este asunto por teléfono con sus homólogos de Estados Unidos, Japón, Sudcorea y Australia.
En este complejo escenario, es de esperar que Washington, con el apoyo de Japón y otros aliados, intensifique las presiones contra la RPDC, país al que intenta acorralar desde hace medio siglo con el objetivo final de derrocar el régimen socialista instalado allí.
Incluso no debe descartarse que promueva sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU que, como es previsible, serán rechazadas por Pyongyang.
Es preciso recordar que la RPDC fue incluida entre los países del llamado «eje del mal», elaborado por Estados Unidos tras la llegada del presidente George W. Bush a la Casa Blanca.
En opinión de diversos analistas, Washington ha considerado siempre la opción militar para liquidar al gobierno norcoreano, pero el empantanamiento de sus tropas en Afganistán e Iraq le ha obligado a postergar el uso de esa vía.
Mientras tanto, se dedica a entretener a la galería con su participación en las negociaciones a seis bandas sobre el llamado conflicto nuclear coreano, en las que no aporta soluciones aceptables por la RPDC.
Al mismo tiempo, la nueva situación aleja las posibilidades de una pronta reanudación de esas tratativas, en las que toman parte las dos partes de la península, más Beijing, Moscú, Washington y Tokio.
El gobierno chino, mediador y principal promotor de las rondas a seis bandas, suspendidas desde finales del año pasado, insiste en su reanudación con vistas a solucionar el conflicto por vías diplomáticas.
De todos estos temas hablará seguramente con las autoridades norcoreanas el vice primer ministro chino Hui Liangyu, quien estará en Pyongyang del 10 al 15 de este mes al frente de una delegación oficial, según se anunció el martes último.
Por: Alfredo G. Pierrat
Beijing, 6 Julio 2006
Crónica Digital/Prensa Latina
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