En medio de la emergencia sanitaria, económica y social más grave de su historia republicana, Italia enfrenta hoy una crisis de gobierno de pronóstico reservado.
Al anunciar la víspera la renuncia de los funcionarios, el líder de IV, Matteo Renzi, dejó abierta la posibilidad de continuar en la coalición integrada, además, por el Movimiento 5 Estrella (M5E), el Partido Democrático (PD) y Libres e Iguales (LEU).
Sin embargo, sus duras críticas contra Conte, designado para el cargo con el apoyo del M5E, y el rechazo generado por su actitud entre las demás fuerzas de la alianza, dejan poco margen a una solución apacible ‘en casa’.
Las alternativas son varias, con o sin Conte, para impedir la caída del gobierno y la convocatoria a elecciones anticipadas a lo cual apuesta la oposición de derecha -agrupada en la Liga, Hermanos de Italia y Fuerza Italia- confiada en el respaldo mayoritario con que cuenta según todas las encuestas.
La partida sigue abierta y los análisis coinciden en que tomará algún tiempo antes del desenlace final, lo cual dependerá de sus protagonistas, principalmente Renzi, quien con 18 senadores y 26 diputados representa una fuerza pequeña, aunque determinante, en la actual mayoría parlamentaria.
Múltiples factores intervienen en la crisis de un Gobierno sostenido desde su creación en septiembre de 2019 por una coalición heterogénea de organizaciones cuyo propósito fundamental fue detener el avance de la derecha y reforzar la orientación europeísta de Italia.
Aquella obra de ingeniería política que abrió un espacio de cohabitación a fuerzas aparentemente irreconciliables fue respaldada por Renzi desde las filas del PD, a pesar de su enemistad jurada contra el M5E.
Sin embargo, apenas dos semanas después de constituido el ejecutivo, el ex primer ministro anunció la formación de IV interesado en revigorizar su protagonismo en el escenario político italiano, tras su ascenso y caída en el PD, donde fue confrontado por la corriente de izquierda de esa organización.
En opinión de analistas, con IV Renzi procuró conquistar el favor de una parte del electorado de centroderecha, controlado en gran medida por Fuerza Italia, y desde entonces representa una piedra en el zapato para el gobierno con reiterados cuestionamientos a la gestión de Conte.
Roma, 14 enero 2021
Crónica Digital/PL