Un comunicado de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe informó de la publicación en español del documento «Bioenergía Sostenible: un marco para la toma de decisiones», del mecanismo ONU Energía, que agrupa a todas sus agencias vinculadas a la energética.
El texto llama a promulgar nuevas leyes para proteger a las tierras amenazadas, asegurar un uso socialmente aceptable de la tierra, y conducir el desarrollo de la bioenergía en una dirección sostenible globalmente.
De lo contrario, plantea que «el daño social y ambiental podría, en algunos casos, superar los beneficios».
La publicación apunta a temas de sostenibilidad económica, social y ecológica que han surgido debido al rápido desarrollo de la bioenergía, para proporcionar un marco de trabajo para los tomadores de decisión a nivel mundial, agrega la CEPAL.
El rápido crecimiento en la producción de biocombustibles ha elevado los precios de la materia prima agrícola y podría tener efectos negativos a nivel económico y social, particularmente entre los pobres, que gastan una gran parte de sus ingresos en alimentos, señala.
Sostiene que «se debe evaluar cuidadosamente los impactos económicos, sociales y medioambientales antes de decidir si se va a desarrollar la industria, cuán rápido se desarrollará, y qué tecnologías, políticas y estrategias de inversión se esperan».
Recuerda que el rápido crecimiento en la producción generará una
demanda sustancial sobre los recursos de tierras y agua en el mundo, en un momento en que la demanda de productos alimentarios y forestales también está creciendo de manera acelerada.
El crecimiento de los biocombustibles líquido ya ha comenzado a elevar los precios de los dos productos agrícolas básicos más importantes del mundo: el maíz y el azúcar, revela la publicación.
Tras reconocer que la bioenergía se ha vuelto uno de los sectores más dinámicos y cambiantes de la economía energética mundial, alerta que «su desarrollo plantea algunos interrogantes».
Y, pregunta: ¿Aumentará los precios de los alimentos e incrementará la inseguridad alimentaria?, ¿Creará más efectos medioambientales negativos que positivos?, ¿Podría exacerbar el impacto sobre el clima? y ¿Cómo será un enfoque sostenible para la bioenergía?
Alexander Muller, subdirector del Departamento de Desarrollo Sostenible de la FAO, en el prefacio afirma que el mundo empieza a renunciar al consumo del petróleo y dentro de 15-20 años, el biocombustible podría cubrir la cuarta parte de la demanda global.
La producción mundial de biocombustibles, por si sola, se ha duplicado en los últimos cinco años y probablemente se vuelva a duplicar en los próximos cuatro, puntualiza.
Señala que el rápido desarrollo de la bioenergía en el mundo presenta claramente un amplio rango de oportunidades, pero también acarrea desventajas y riesgos.
La publicación abarca temas como Capacidad de la bioenergía moderna para proporcionar servicios energéticos para los pobres; Desarrollo agroindustrial y creación de empleos; Salud y género de la bioenergía moderna; Estructura de la Agricultura; y Seguridad alimentaria.
Asimismo, Presupuesto de gobierno; Comercio, Balances de Divisas y la seguridad energética; Biodiversidad y manejo de recursos naturales; y Cambio climático.
Santiago de Chile, 14 de septiembre 2007
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