Errázuriz tuvo que cancelar la víspera un acto por el cincuentenario del Vicario Juan Luis Ysern, en el sur del país, y regresar urgente a Santiago en un avión de la Fuerza Aérea ante un inminente desenlace en el crítico estado de salud del Santo Padre.
Por su investidura, al cardenal le corresponde participar en el cónclave que escogerá al próximo Pontífice. Está previsto además el regreso a Roma del también cardenal Jorge Medina, que estaba de visita en Chile y decidió adelantar su viaje para hoy.
Durante la tarde de ayer, Errázuriz presidió una misa en la Catedral de Santiago en honor a Juan Pablo II, a la que asistieron el canciller Ignacio Walker, el presidente del Senado, Sergio Romero y la precandidata demócrata cristiana, Soledad Alvear.
Walker recordó la histórica visita a Chile del jefe de la Iglesia Católica en 1987, en plena dictadura militar. «Fue un peregrino de la paz, un profeta de nuestro tiempo y que nos regaló su visita hace 18 años cuando más la necesitaban los chilenos», apuntó.
«Los sentimientos que tenemos son semejantes a los que uno tiene cuando fallece un padre. Hay mucha gratitud hacia él. Es increíble lo que ha hecho en estos 26 años de pontificado por la Iglesia, por el mundo entero y por el ecumenismo», comentó a su vez Errázuriz.
Junto a él estaba Alejandro Goic, presidente de la Conferencia Episcopal y primer obispo chileno nombrado por Juan Pablo II.
El prelado destacó el papel del Papa en la paz entre Chile y Argentina en la década de los 80: «Qué duda cabe que, sin la mediación del Pontífice, probablemente hubiéramos llegado a un enfrentamiento entre dos países hermanos», apuntó.
En Puerto Montt, mientras tanto, el arzobispo Cristián Caro dijo que Juan Pablo II «deja un legado impresionante, por lo que hay que orar mucho en estas horas de agonía y confiar en que el Espíritu Santo nos dará el pastor que la Iglesia requiere en estos tiempos».
Por su parte, el Presidente Ricardo Lagos resaltó también la mediación papal con Argentina y el viaje de Juan Pablo II a Chile en 1987, donde criticó las violaciones a los derechos humanos de la dictadura de Augusto Pinochet.
«En los inicios de su pontificado, en un momento difícil de desencuentro entre chilenos y argentinos, él fue determinante, a través del cardenal Samoré, para mantener la cordura entre dos pueblos», dijo el Jefe de Estado.
«Hoy, cuando esta figura moral pasa por momentos difíciles, (debo) expresar como Presidente de Chile mi preocupación por lo que allí acontece y el deseo, interpretando a los 15 millones de chilenos, de que todo lo que ocurra sea para mejor», afirmó.
La Moneda anticipó que el ministro del Exterior encabezará la delegación chilena que asista a los funerales en Roma, junto con el senador Sergio Romero, titular de la Cámara Alta.
Ello podría alterar los planes del gobierno que tenía previsto que Walker estuviera el 7 abril en Washington para la elección del Secretartio General de la OEA, cargo al que aspira el ministro del Interior chileno José Miguel Insulza.
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