A diferencia de los virus gripales humanos, que se fijan a los receptores de las células respiratorias superiores, el de la gripe aviaria ataca las inferiores, por lo que no puede propagarse por la tos, según la teoría divulgada en la publicación.
Investigadores de la Universidad estadounidense de Wisconsin y las japonesas de Tokio y Tottori, explicaron que las células de las mucosas nasales, faringe, tráquea y bronquios, poseen receptores a los que se acoplan los virus de la gripe humana.
En cambio, el que afecta a las aves está obligado a bajar a los alvéolos pulmonares donde ocurre el intercambio gaseoso entre el aire inspirado y la sangre.
El jefe del estudio, Yoshiro Kawaoka, indicó que en las personas infectadas la cepa H5N1 tiene la capacidad de multiplicarse «solo en las células situadas en la parte baja del tracto respiratorio», donde se halla el receptor del virus aviario.
Sin embargo, su diseminación resulta difícil entre las personas, al menos por ahora.
Pero si el virus adquiriese la capacidad de acoplarse a los receptores de las células del tracto respiratorio superior, la enfermedad podría diseminarse por el estornudo o la tos.
Además, para que lograse carácter pandémico son necesarios cambios genéticos de la hemaglutina y otras proteínas virales, señaló Kawaoka.
«Nadie sabe si el virus evolucionará hacia una cepa pandémica», escribió el profesor de la Universidad de Wisconsin en la revista.
«La identificación del virus H5N1 capaz de reconocer a los receptores humanos nos acercaría un paso hacia una cepa pandémica», añadió.
Londres, 22 de marzo 2006
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