El acto se realiza frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos (SINA) identificada en Cuba como «el estado mayor» de la contrarrevolución.
En una solemne velada encabezada por el presidente Fidel Castro, se izaron sobre mástiles de elevado porte 138 banderas negras que lucen en su centro una gran estrella blanca de cinco puntas.
Asimismo, jóvenes estudiantes y trabajadores portaban fotos de un número igual de víctimas de las acciones terroristas generadas por los grupos de la mafia anticubana con el auspicio de la Casa Blanca y sus aparatos de inteligencia.
El acto contó con la presencia de familiares de las víctimas de las acciones de Estados Unidos contra la isla, entre ellos los de los cinco cubanos injustamente encarcelados en Estados Unidos, jóvenes de los diversos programas educacionales y sociales de la Revolución, trabajadores y pueblo en general.
Entre los oradores estuvo el reverendo Raúl Suárez Ramos, director del Centro Memorial Martin Luther King Jr., quien pronunció palabras de elogio para Coretta Scott King, la recientemente desaparecida esposa del gran luchador social estadounidense que da nombre a ese centro, e hizo referencia a las constantes denuncias de ambos contra las injusticias sociales en Estados Unidos.
Usó igualmente de la palabra Carlos Alberto Cremata, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, quien denunció las permanentes acciones de las agencias federales y del gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Cuarenta y siete años de guerra contra la isla dijo han dejado un saldo luctuoso de más de tres mil víctimas.
También se dio lectura a fragmentos de la carta al pueblo norteamericano dirigida por los cinco luchadores antiterroristas cubanos injustamente encarcelados en Estados Unidos, en la que se denuncian las acciones terroristas que promueve, organiza y protege la Casa Blanca en su doble moral, con la que pretende enarbolar una lucha global contra el terrorismo, y proteger en su propio territorio a connotados asesinos.
Irma Schewerert, la madre de René González, uno de esos cinco cubanos, denunció igualmente la escalada terrorista que lleva a cabo Washington en el mundo promoviendo dolor y muerte, y abogó por justicia para las víctimas del terrorismo.
El acto, de por sí emocionante, fue ampliamente seguido por los televidentes cubanos quienes interpretaron el testimonio acusador de los oradores y la instalación con carácter permanente de las banderas luctuosas, como una respuesta más a las últimas provocaciones norteamericanas contra Cuba.
Hace unos pocos días, más de un millón 400 mil habaneros desfilaron frente a la SINA para protestar por la intención del gobierno de Estados Unidos de liberar al terrorista Luis Posada Carriles.
El pasado fin de semana una delegación de empresarios cubanos fueron desalojados del Hotel Sheraton en Ciudad México, por orden del Departamento del Tesoro, en una acción que lesionó la soberanía mexicana a cuyo territorio y en contra de la legalidad, se aplicó la llamada Ley Helms-Burton, uno de los pilares del bloqueo norteamericano contra Cuba.
Por otra parte, la secretaria de Estado Condolezza Rice ha declarado que en el próximo mes de mayo el gobierno estadounidense anunciará nuevas medidas para fortalecer el llamado Plan Bush que busca derrocar a la revolución cubana.
La vigilia que comenzó en las primeras horas de la noche del lunes terminará 24 horas después, pero los funcionarios de la SINA ya no dejarán de ver en su paisaje más cotidiano y próximo las banderas de luto que son símbolo tremolante de crímenes que han sido cometidos en nombre de la política horrenda que ellos mismos representan hoy día.
La Habana, 7 de febrero 2006
Crónica Digital/ Visiones Alternativas/RHC , 0, 61, 7