El gobernante de Estados Unidos llega a Montevideo en la noche del viernes, junto a su esposa, Laura, y su secretaria de Estado, Condoleeza Rice, entre otros.
Bush se hospedará en el Radisson Victoria Plaza, en pleno corazón capitalino, que para entonces quedará amordazado por un plan de seguridad denominado Blindaje.
El hotel permanecerá cerrado al público, solo para uso de Bush y su delegación, la cual ocupará casi la totalidad de las 260 habitaciones. No se ha hablado hasta el momento de costos.
El sábado 10, a las 10:00 hora local, llegará en un helicóptero de la Fuerza Aérea estadounidense a la estancia de Anchorena, en el occidental departamento de Colonia, donde se reunirá con el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, y seis escogidos ministros del gobierno.
Son ellos Danilo Astori (Economía y Finanzas), Jorge Lepra (Industria), Reinaldo Gargano (Relaciones Exteriores), José Mujica (Ganadería), Jorge Brovetto (Educación y Cultura) y María Julia Muñoz (Salud Pública).
Un séquito compuesto por más de mil personas, entre estos 250 funcionarios del servicio secreto, la mayoría ya sobre terreno uruguayo, se encargará de la custodia.
Una opinión: Eduardo López, conocido dirigente gremial, dijo que la presencia de Bush es «una cabecera de puente para fragmentar la región y poner en riesgo la soberanía» de Uruguay y del resto de Suramérica.
Otra: El coordinador de la central sindical Pit-Cnt, Juan Castillo, califícó como «un error garrafal» la decisión de la Mesa Política del Frente Amplio de no respaldar una movilización convocada contra la visita.
El viernes se realizarán en Uruguay dos marchas contra Bush. La del Pit-Cnt partirá a las 19:00 de la explanada de la Intendencia y se dirigirá a Plaza Independencia, a las puertas del Radisson.
Mientras, la de la Coordinadora Antiimperialista saldrá a las 18:00 horas de las calles Rivera y Jackson, y culminará con un acto en Plaza Cagancha, muy próxima también al hotel.
Para la seguridad de Bush «se aplicará un esquema algo más rígido que el de la Cumbre Iberoamericana», de acuerdo con una fuente militar. La premisa es: «máxima seguridad con mínima perturbación», precisó.
El espacio aéreo uruguayo es vigilado ya durante las 24 horas por tres aeronaves radar de la Fuerza Aérea norteamericana, que son abastecidas en pleno vuelo por otras tres de recarga de combustible.
En seis aparatos tipo Galaxy (75 metros de largo) se transporta todo el material y el dispositivo de seguridad del Presidente, incluidas grúas para cargar los artefactos más pesados.
Unos 400 periodistas se acreditaron para la cobertura, de los cuales 140 provienen de Estados Unidos.
Ya está en Montevideo la limusina blindada que transportará a Bush en desplazamientos cortos, y restan por llegar varios aviones con elementos y personal de seguridad, según confiaron al periódico El Observador fuentes oficiales vinculadas al operativo.
«Ni una más», le espetó un comentarista a otro durante un programa de televisión, para rechazar una nueva mención a «interioridades» sobre la estancia del hijo de George Bush.
En una reunión con su Consejo de Ministros, el lunes pasado, el presidente Vázquez confirmó los temas que analizará con Bush.
Son estos la eventualidad de aumentar las cuotas de carne a Estados Unidos, la situación del sector textil en Uruguay y la posibilidad de avanzar en la producción de biocombustibles.
Además, se tratará sobre cómo mejorar el ingreso de arroz nacional al mercado norteamericano y el futuro del Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones (TIFA, por su sigla en inglés), el cual debe ser refrendado por el Congreso de Estados Unidos.
Del jueves 8 al miércoles 14 de marzo, Bush viajará a Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México.
Frase del día. El presidente de EE.UU, al referirse a su inminente gira por América Latina: «Está claro que hay un gran sentimiento antiestadounidense en la región».
Montevideo, 7 de marzo 2007
Prensa Latina , 0, 28, 11