Bauer realizador, guionista, fotógrafo, nacido en 1959, en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires se basó en la novela homónima de Edgardo Esteban, conscripto que sufrió los enloquecidos avatares de la guerra de las Malvinas.
En el dramático guión también participó el escritor y diputado Miguel Bonasso, cuyo hijo Federico y el famoso músico León Gieco lograron una banda sonora que subraya con acierto todos los momentos y cruentas secuencias de esa guerra. La esposa de Miguel, Ana Skalon, como directora de producción, logró reunir apoyos financieros para la realización, entre otros del presidente Néstor Kirschner.
Tristán Bauer y sus colaboradores centraron la óptica en la corrupción e ineptitud de los mandos militares de la dictadura militar argentina de la época, con escenas escalofriantes de jóvenes soldados sin ropas apropiadas para el frío, sin comida, carnes de cañón frente a fuerzas británicas muy superiores en número y armas.
La consigna de la dictadura era recuperar ese territorio de Argentina invadido por Gran Bretaña en el siglo XIX. Esas secuencias incluyen las torturas que los oficiales infligían a sus soldados, como estaquearlos en la nieve y bajo la lluvia.
En una sesión privada que se realizó en Buenos Aires y a la que fui invitado hubo espectadores que se retiraron de la sala por no poder resistir tanto dolor y sufrimiento. Bauer comentó a la prensa que ya se han producido 320 suicidios entre los veteranos de esa contienda, más de los que mataron las fuerzas inglesas que, por cierto, contaron con el apoyo logístico y de inteligencia de EE.UU.
Con un solo caso se puede sintetizar la actitud de todos los oficiales argentinos de aquella dictadura tan siniestra como vergonzante: el capitán de fragata Alfredo Astiz, connotado torturador, conocido como El Ángel de la Muerte, le tocó defender las Islas Georgias, aledañas a las Malvinas, pero al primer amago del invasor, levantó bandera blanca en un acto heroico, quizá porque el miedo le hizo recordar que la Marina argentina siempre fue la hija putativa de la pérfida Albión.
Iluminados por el fuego, como dijo el periódico bonaerense Clarín, es un homenaje que no plantea imposibles ni reivindica todo lo actuado, sino que exige memoria por los caídos. Y por los que siguen cayendo todos los días.
El filme de Bauer termina con una nota final ineludible: las Malvinas son argentinas
Por: Jorge Timossi
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