Expertos de la Universidad de Londres, autores del estudio, hallaron el porqué del efecto benefactor del calor, al utilizar la tecnología de ADN mediante un control de los receptores de calidez y dolor dentro de las células.
Los investigadores observaron que temperaturas superiores a 40 grados Celsius disparan a receptores internos que bloquean el efecto de los mensajeros químicos encargados de que el organismos detecte el dolor.
El doctor Pablo Sepúlveda, de la unidad de Dolor y Anestesia de la Clínica Alemana en Chile, explicó que aunque todo lo relacionado con el dolor es muy complejo, es posible que el calor tenga otros elementos asociados.
La importancia que conceden los autores al estudio radica es que debe abrir puertas al conocimiento de varias cuestiones relacionadas con el dolor y ayudar al mejoramiento de los analgésicos.
Los científicos partieron de tecnología de ADN para crear proteínas de receptores de calor y de dolor en la misma célula y así observaron las interacciones moleculares entre ambos tipos.
El doctor Sepúlveda añadió que el dolor es una percepción y una respuesta conductual a una agresión y sus mecanismos integran desde los niveles periféricos, terminales nerviosas, sensaciones, estímulos y receptores del sistema nervioso.
Los expertos ingleses hallaron que el bloqueo de los receptores es capaz de detener el dolor que percibe el organismo.
Encontraron evidencias, en los datos moleculares demostrativas de que el calor puede aliviar el dolor hasta una hora y actúan de la misma manera que los analgésicos farmacéuticos, incluso a nivel molecular.
Londres, 10 de julio 2006
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