A primera vista parece un hombre apacible, sin esa ráfaga de pasiones cocinándose dentro, pero igual que arremete contra la corriente que marcó los años 60 del siglo pasado, lo hace también contra los autores aburridos, capaces de huir de las librerías donde se venden best-sellers.
Se creen más inteligentes que el resto -apostilló.
Fuguet -guionista, director y crítico de cine- opina que es posible hablar de América Latina sin recurrir a los gauchos, a los colores vistosos y al exotismo; sin renunciar a todo aquello que nos hace distintos por vivir en una casa diferente.
Quien lo escucha hablar se lleva la impresión de que no sólo lanza estocadas a fondo contra el boom de las últimas décadas del siglo pasado sino también contra todos los realismos anteriores del que nacieron obras como Don Segundo Sombra, La vorágine o Doña Bárbara.
Para él, América Latina es una mezcla del primero, segundo y tercer mundos, de la que surgen novedosas tendencias futuras.
Marcado por el cine desde niño, utiliza sus técnicas para escribir relatos como los que presenta aquí ahora, bajo el título Cortos, en los cuales reflexiona sobre la inmigración y la globalización mediante personajes que aspiran a ser protagonistas de sus vidas, aunque no lo consigan.
Radicados en distintos lugares, sus personajes se sienten extranjeros, desorientados, perdidos y se preguntan de que vale salir a conocer el mundo si no se tiene un lugar propio dentro de él.
La literatura es, en Fuguet, una vocación paralela a la del cine, pero la más fuerte de ambas. Junto a Cortos, trajo también a España, con fines de promoción, su primer filme titulado Se arrienda.
Confesó que trabaja, además, en segundo proyecto, Perdido, en el que intervendrán varios actores iberoamericanos, entre ellos Mirella Pascual, una de las protagonistas de Whisky, la película uruguaya de los cineastas Pablo Stoll y el recién fallecido Juan Pablo Rebella.
Madrid, 18 de julio 2006
Prensa Latina , 0, 68, 9