Entender la realidad social y proponer soluciones a los problemas que desde cada perspectiva se vea. El dulce y el agraz serán distintos dependiendo de quién los mire, tanto en los contenidos de la materia de que se trata el acuerdo, como del hecho político de su firma.
Por eso es que, respecto de los contenidos, que es nuestra materia, se han perfilado opiniones diferentes dependiendo de quiénes las expresan.
Por una parte, desde el ámbito de la oposición, se ha enfatizado respecto de las ideas que se inscriben dentro del sello o paradigma de la derecha, como todas aquellas que aumentan las facultades de control y represión, así como por parte de personeros de la Concertación, el logro de la concreción de una propuesta programática, que desde el inicio de la transición estaba incumplida, como es el traspaso de la dependencia de Carabineros y de Investigaciones al Ministerio de Interior, al cual se le agregado en su denominación, una función natural de él en un esquema democrático, cual es la de Seguridad Pública.
Más allá del éxito político que este acuerdo representa para el Gobierno, en términos de desentrampar una iniciativa, obstaculizada por una derecha atrincherada en el sistema binominal, lo cierto es que desde una mirada técnico-política, el traspaso de las policías y la mantención de la seguridad pública en la competencia del Ministerio de Interior, es el quiebre mas significativo de la situación existente, pues con ello se reconoce que el ORDEN PÚBLICO y la actividad que lo protege, la SEGURIDAD PÚBLICA, es estrictamente POLÍTICA, y que por lo tanto sus contenidos son discutibles y siempre reflejan, de manera muy importante, las relaciones de poder que toda institucionalidad expresa. Que ella no es neutra ni menos, puramente técnica.
Al mismo tiempo es un signo para romper con el resabio de la nefasta doctrina de la seguridad nacional, que justificó y fundamentó el cambio de las policías al Ministerio de Defensa: que había una guerra en la que participaba un enemigo interno.
Es de esperar que el dulce de los demócratas termine en estas materias, desplazando al agraz inevitable.
Por Mauricio Salinas. Abogado y secretario de la Corporaicón Ciudadanía y Justicia. Academico Instituto Jorge Ahumada. Colaborador de Crónica Digital.
Nota: artículo publicado en el diario La Nación. Titulo cambiado por Crónica Digital.
Santiago de Chile, 30 de noviembre 2007
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