Las fuentes señalaron que varios colonos israelíes realizaron incluso rituales religiosos judíos mientras se encontraban en el complejo.
Si bien se permite la visita de judíos al recinto, el culto no musulmán en Al-Aqsa está prohibido según un acuerdo firmado entre Israel y el gobierno jordano después de la ocupación ilegal de Jerusalén Este por Israel en 1967.
La Autoridad Palestina confirmó que los puestos de control israelíes se erigieron a lo largo de las calles y callejones alrededor del complejo de la mezquita de Al-Aqsa, y muchos otros lugares de acceso fueron bloqueados con barreras de hierro y bolsas que impedían el movimiento de los residentes locales.
Además, las fuerzas israelíes registraron a los fieles musulmanes y verificaron sus tarjetas de identidad antes de permitirles la entrada al complejo.
Las autoridades israelíes imponen regularmente restricciones a la entrada de fieles musulmanes palestinos al complejo de Al-Aqsa, que se encuentra en el corazón de la ocupada Jerusalén Este.
La mezquita, que se encuentra justo encima de la plaza del Muro de los Lamentos, también es venerado como el lugar más sagrado del judaísmo, ya que se encuentra donde los judíos creen que el Primer y Segundo Templos estuvieron una vez.
Ramallah, 25 abril 2019
Crónica Digital /PL