Para el partido en el gobierno fue en extremo difícil mantener el mensaje que le dio amplias victorias después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y, al parecer, la política de asustar a los votantes no triunfará.
Por otro lado, Iraq llevó a que la aprobación del presidente George W. Bush, cayera a un 35 por ciento, según un sondeo de CNN, lo que debe tener una fuerza decisiva en el voto de hoy.
La situación iraquí, con su espiral de violencia y continuos reportes de bajas de soldados norteamericanos es este martes el tema que más preocupa a los votantes, bien por delante de la economía, la salud, el terrorismo y la inmigración, coinciden sondeos.
De igual forma, el hecho de que republicanos, en extremo moralistas, fueron centros de problemas de corrupción y homosexualismo, mientras se manifestaban contra estos temas, restó credibilidad a esa agrupación política.
Aunque reñidos en extremo, los comicios, conocidos como de «medio término», pueden variar el panorama político del país.
Los demócratas amenazan con obtener las 15 bancas que los haría mayoría en la Cámara de Representantes y están muy pegados a las seis butacas que necesitarían en el Senado.
Si cambia de mano el control del Parlamento y llega el fin de la llamada revolución republicana iniciada en 1994, eso obligará a Bush a negociar para seguir adelante con sus planes.
La agenda gubernamental de Iraq a la reforma migratoria, la política impositiva y la política energética, entre otras, deben ser negociadas por el Poder Ejecutivo con la oposición.
Ni hablar de reformar las leyes de bienestar social, una de las asignaturas pendientes para el gobernante, la cual no pudo llevar adelante en sus primeros seis años de mandato.
Si los demócratas ganan, aunque sea sólo la mayoría en la Cámara Baja, el tema iraquí encenderá y desencadenará muchas pasiones en el país, donde el movimiento antibélico creció en igual medida que los muertos en Bagdad.
De confirmarse las encuestas, el gobierno tendrá que llevar bien ajustada su propuesta sobre la nación árabe, pues ya el dinero no saldrá de las arcas con la misma facilidad.
El argumento de la lucha contra el terrorismo y atrapar a Bin Laden, no podrá ser usado de la misma forma que hasta ahora.
Asimismo, analistas consideran que el gobierno no podrá utilizar a los homosexuales para asustar a la derecha religiosa porque resulta que allí hay más de uno escondido.
Sin embargo, si pierden los republicanos en la Cámara, en gran parte como consecuencia de la guerra de Iraq, la presidencia del Comité de Relaciones Internacionales del órgano irá a manos de Tom Llantos, un férreo partidario de la agresión y también de Israel.
Entre los resultados contrarios para los republicanos estaría que la representante Nancy Pelosi, demócrata por California, se convertirá en la tercera figura en importancia del país al pasar a encabezar la mayoría en la Cámara.
A medida que va perdiendo tiempo e influencia, el presidente Bush enfrenta un duro camino en el crepúsculo de su presidencia, independientemente de qué partido controlará el Congreso a partir de este martes.
La probada lealtad de los republicanos en el Congreso ha comenzado a debilitarse.
Ahora, los legisladores analizan su calendario político y piensan más en su futuro que en el legado de Bush en sus dos últimos años en el cargo.
Estas elecciones, por otra lado, abren la lucha por la nominación presidencial en el 2008 y tanto los republicanos, como los demócratas, están aprovechando para informarle al país de sus diferencias con el mandatario.
Fuera del poder durante una docena de años, los demócratas posiblemente reclamen una participación en la elaboración de las políticas nacionales y obstaculicen a su vez los planes del presidente.
Si al final ganan, Bush estará sentado sobre una silla ardiente, que le recordará la «caldera del diablo» pese a considerarse un «enviado divino».
Washington, 7 noviembre 2006
Prensa Latina , 0, 48, 2