En la homilía de conmemoración Fiesta de San José Obrero el sacerdote señaló que esta grave anomalía afecta a toda la sociedad y, obviamente, a los más pobres. Y ya sabemos que los pobres no pueden esperar; tampoco los trabajadores de nuestro país,apuntó.
Hay quienes piensan que hay un antagonismo irreconciliable entre prosperidad y solidaridad, entre políticas de protección social y crecimiento económico. En el designio de Dios, cada uno de sus hijos está llamado a vivir conforme a su dignidad. No mañana: hoy, señaló.
Tupper, dijo que Chile ha crecido mucho en las últimas décadas, pero el crecimiento económico por sí solo no es suficiente para solucionar los problemas laborales.
Esta realidad, sin embargo, no nos quita la vergüenza de vivir en un país al que aún le falta tanto para que haya una mayor equidad y una distribución más justa de los bienes que el Creador puso en nuestras manos para que llegue dignamente el pan a las mesas de todos sus hijos y sus hijas, reveló.
Reveló que en Chile hay una baja calidad y falta de equidad en los servicios sociales, particularmente en la educación y también en la salud. Es otra brecha que debemos acortar. En ambos casos se ha logrado una cobertura muy amplia. Sin embargo, la calidad de los servicios aún es insatisfactoria, y son los más pobres quienes más las sufren.
Dijo que lamentablemente, los pobres: los que no debieran esperar. Son los que sufren principalmente las fallas y errores del transporte público como en el acceso a la vivienda.
Sobre el trabajo decente, el vicario de la Pastoral Social y Laboral dijo que Chile debería contar con adecuadas condiciones de trabajo, remuneraciones justas, estabilidad contractual, protección social para los trabajadores y un equilibrio entre el empleo y la vida familiar.
Nuestro país constituye para muchos un ejemplo en América Latina y hay razones para pensarlo. Sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo denuncia que sólo un 32 % de los trabajadores posee lo que se califica como un trabajo decente. ¡Menos de un tercio de los hijos e hijas de Chile tiene un trabajo decente!, subrayó.
Sostuvo que la solidaridad debe expresarse también con los adultos mayores. Por esta razón miramos con especial atención la discusión sobre la reforma al sistema de pensiones. Aquí hay una gran oportunidad para corregir algunas de las más profundas desigualdades de nuestro país. Es muy importante que las personas tengan ingresos más seguros durante la vejez, para así vivir dignamente. También lo es la situación de las mujeres y los trabajadores independientes porque son más vulnerables.
Reiteró el derecho de trabajadores a formar sindicatos y a defender los intereses vitales de la sociedad La solidaridad también debe expresarse en el fortalecimiento de los sindicatos como instrumentos para mejorar la producción y la calidad de vida de los trabajadores.
Es fundamental que los empleadores entiendan al sindicato como un aliado en sus actividades productivas y no a un enemigo, como muchas veces es tratado. En este contexto, nos parece importante que se revise y discuta ampliamente las normativas que rigen el proceso de negociación colectiva, para convertirlas en un instrumento real de dialogo, en un clima de confianza, entre empleadores y trabajadores, finalizó el vicario.
Santiago de Chile, 2 de mayo 2007
Crónica Digital , 0, 29, 19